El día de aventuras con Nena



Un día soleado, decidimos hacer un paseo en familia. Mi papá, mi mamá, mi hermano, yo y nuestra perrita Nena estábamos muy emocionados por la idea de pasar tiempo juntos.

Sin embargo, no podíamos ponernos de acuerdo sobre dónde ir. "-¿Qué les parece si vamos al parque?" propuso mi papá con entusiasmo. "-¡Sí! Podemos jugar a la pelota y disfrutar del aire libre", agregó mi hermano. Pero mi mamá tenía una idea diferente.

"-Yo prefiero ir al zoológico. Sería divertido ver a los animales y aprender más sobre ellos", dijo ella. Yo también tenía una opinión distinta. "-A mí me gustaría ir a las piscinas para nadar y refrescarnos", expresé.

Estábamos en un punto muerto, sin poder llegar a un acuerdo. Fue entonces cuando se nos ocurrió hacer un sorteo para tomar una decisión justa y equitativa. Cada uno escribió su opción preferida en pequeños trozos de papel: —"Parque" , "Zoológico" o —"Piscinas" .

Los mezclamos bien dentro de una caja y Nena sería la encargada de elegir el destino ganador. Le dimos a Nena la orden de que eligiera uno de los papeles con su hocico.

Todos estábamos ansiosos por saber cuál sería el lugar elegido para nuestro paseo familiar. Nena se acercó lentamente hacia la caja y olfateó cada papelito antes de tomar uno con su boca. Luego se alejó corriendo mientras sostenía firmemente el papel seleccionado.

"-¡Vamos a las piscinas!" exclamé emocionado. Todos nos miramos sorprendidos y luego estallamos en risas. Parecía que Nena también quería disfrutar del agua fresca y divertirse nadando con nosotros. Preparamos nuestras cosas rápidamente y nos dirigimos hacia el lugar elegido.

Al llegar, encontramos un hermoso complejo de piscinas con toboganes, juegos acuáticos y una gran área para relajarse bajo el sol. Pasamos un día inolvidable lleno de risas, chapoteos y diversión.

Mi papá nos enseñó a nadar mejor, mi mamá se divirtió en los toboganes junto a mi hermano, yo jugué con Nena en la piscina para perros e hicimos nuevos amigos.

A medida que transcurría el día, nos dimos cuenta de algo importante: no importa tanto el destino que elijamos para nuestro paseo, sino la compañía y las experiencias compartidas en familia. A veces es necesario ceder y aceptar las preferencias de los demás para encontrar la felicidad juntos.

Al final del día, regresamos a casa agotados pero felices. Nos dimos cuenta de lo especial que era tener una perrita como Nena en nuestra familia. Ella había sido la encargada de tomar una decisión justa y equitativa para todos nosotros.

Desde aquel día, siempre recordaremos aquel paseo tan divertido donde aprendimos sobre la importancia de respetar las elecciones de cada uno y disfrutar al máximo cada momento en familia.

Y todo gracias a Nena, nuestra leal amiga peluda que nos enseñó valiosas lecciones mientras nos divertíamos juntos.

FIN.

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