El día de aventuras de Ian Alexander en el mercado


Ian Alexander, un niño curioso y activo, estaba emocionado por ir al mercado con su madre. Mientras recorrían los puestos llenos de colores y aromas, Ian se distrajo con un puesto de frutas exóticas y, al darse cuenta, su madre ya no estaba a su lado.

Confundido, Ian comenzó a buscarla, pero en su búsqueda se topó con un vendedor de pescado, Don Antonio. - ¿Estás perdido, pequeño? ¿Cómo te llamas? -preguntó Don Antonio con amabilidad. Ian, algo preocupado, le respondió: - Sí, me llamó Ian Alexander y perdí a mi mamá. - Don Antonio, con una gran sonrisa, le ofreció su ayuda y juntos recorrieron el mercado, preguntando a los vendedores si habían visto a su madre.

Mientras buscaban, Ian conoció a una vendedora de flores, Doña Isabela, quien le enseñó cómo armar ramos coloridos y aromáticos. Luego, ayudó a un granjero a recolectar huevos y alimentar a los pollitos. Cada nueva experiencia le enseñaba sobre las diferentes labores en el mercado.

Después de un rato, Ian y Don Antonio se encontraron con una vendedora de deliciosos dulces, Doña Emilia, quien les contó que una señora preocupada había preguntado por un niño. Siguiendo sus indicaciones, Ian finalmente se reencontró con su madre, quien lo abrazó con alivio. Ian, emocionado, le contó todas las aventuras que vivió gracias a la ayuda de los amables vendedores del mercado.

Esa tarde, Ian aprendió que siempre hay gente dispuesta a ayudar, que el mercado es un lugar lleno de sorpresas y que el trabajo duro de los vendedores es fundamental en la comunidad. Con una sonrisa en el rostro, Ian y su madre regresaron a casa, con nuevas historias para compartir y un corazón lleno de gratitud.

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