El día de aventuras de Paula en el parque


Ayer Paula estaba muy emocionada porque iba a ir al parque con su abuelita. Se despertó temprano, desayunó rápidamente y se vistió con su ropa más cómoda. -¡Abuelita, estoy lista para ir al parque! -exclamó Paula con entusiasmo.

-Vamos despacito, no queremos olvidar nada -respondió su abuelita con una sonrisa. Cuando llegaron al parque, Paula corrió hacia los columpios y empezó a columpiarse muy alto. -¡Qué divertido es el parque, abuelita! -gritaba Paula mientras se balanceaba.

De repente, vio a un niño que estaba triste porque se había caído. Paula se acercó a él y le ofreció su ayuda. Juntos se levantaron y empezaron a explorar el parque.

Descubrieron una hermosa flor y un simpático perrito que jugaba con una pelota. Después de un rato, sus barrigas empezaron a gruñir. -¡Abuelita, tengo hambre! ¿Podemos tener un picnic en el parque? -preguntó Paula con ojos brillantes. La abuelita sacó una manta del bolso y juntos armaron un lindo lugar para comer.

Mientras disfrutaban de su picnic, la abuelita le contó a Paula sobre la importancia de cuidar la naturaleza y respetar a los animales. Paula escuchaba atentamente, asintiendo con la cabeza.

Cuando terminaron, decidieron recoger la basura que encontraron en el suelo y tirarla en el cesto de basura. -Estás ayudando a hacer del mundo un lugar mejor, Paula -dijo la abuelita con orgullo.

Después de un día lleno de aventuras, Paula y su abuelita regresaron a casa con el corazón contento. Paula aprendió que el parque no solo es un lugar para divertirse, sino también para cuidar y respetar. Desde ese día, Paula se convirtió en la defensora del parque, asegurándose de mantenerlo limpio y seguro para todos.

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