El día de descanso de la familia Pérez



Era una soleada mañana en la ciudad de Buenos Aires, y la familia Pérez se preparaba para su día de descanso. Don Paco, el papá, se estiraba mientras decía:

- Hoy es domingo, ¡vamos a aprovechar el día para descansar y divertirnos juntos!

La pequeña Lila, de siete años, corrió emocionada.

- ¡Sí, papá! ¿Podemos ir al parque y llevar la pelota?

- ¡Buenísima idea, Lila! - respondió Cami, la hermana mayor, que estaba preparando un rico sándwich.

Sin embargo, cuando Don Paco miró alrededor de la casa, se dio cuenta de que había un montón de cosas por hacer. Los platos estaban en la pileta, la ropa de la semana estaba sin guardar, y el jardín necesitaba un poco de atención.

- Mmm... No sé si debería irnos al parque ahora, quizás deberíamos hacer algunos mandados primero.

- ¡Ay, papá! - exclamó Lila, pidiendo un poco más de tiempo de juego.

- Sí, Papi. El jardín puede esperar un día. Todos necesitamos un descanso, incluso tú. - agregó Cami, apoyando a su hermana.

Don Paco dudó.

- Pero hay tanto por hacer. No quiero dejar siempre todo para después.

La mamá, Doña Rosa, entró en ese momento y observó la escena.

- ¡Hola familia! ¿Qué hacen con esos rostros tan serios?

- Estamos debatiendo sobre el día de descanso - dijo Cami.

- ¿Crees que deberíamos hacer cosas en lugar de descansar?

Doña Rosa sonrió y se sentó con ellos.

- Yo creo que un día de descanso es muy importante. A veces, es necesario dejar de lado un poco las tareas y tomarse un tiempo para compartir como familia.

- Pero mamá, si no hacemos las cosas, nunca se van a terminar... - comentó Lila, preocupada.

- Te entiendo, pero hay que encontrar un equilibrio - explicó Doña Rosa con cariño.

De repente, Cami tuvo una idea.

- ¿Y si hacemos un trato? Dediquemos una hora a las tareas, y luego pasamos el resto del día haciendo lo que más nos gusta.

Todos asintieron con entusiasmo. Después de organizarse, trabajaron juntos en la cocina, los platos volaron rápido, y la ropa se guardó como si fueran un equipo de superhéroes.

En solo una hora,! lograron terminar todo.

- ¡Ahora sí! - gritó Lila, mientras se calzaba las zapatillas.

- ¡Al parque! - exclamó Cami, mientras corría hacia la puerta.

Cuando llegaron al parque, el sol brillaba y se sentía el aire fresco. Ahí, Lila, Cami y Don Paco jugaron con la pelota, se rieron y disfrutaron un delicioso picnic que había preparado Doña Rosa.

- Miren, chicas, ¡el equilibrio es la clave! - dijo Don Paco mientras lanzaba la pelota a Lila.

- Sí, nos divertimos y también dejamos todo en orden. - respondió Cami mientras corría detrás de la pelota.

Al final del día, Lila miró a su familia y sonrió.

- ¡Esto es lo mejor! Pasear un rato y compartir juntos hace que el día sea perfecto.

Don Paco abrazó a sus hijas mientras caminaban de vuelta a casa.

- Así es, el descanso es tan importante como el trabajo. Ahora podemos comenzar la semana con energías renovadas.

Y así, la familia Pérez aprendió ese día que respetar el tiempo de descanso no solo los unía, sino que también les daba la fuerza para enfrentar los días que vendrían.

**Moraleja:** Aunque hay muchas cosas por hacer, siempre es importante dedicar tiempo a descansar y disfrutar con la familia, así se tiene más energía y alegría para enfrentar los desafíos diarios.

FIN.

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