El día de la elección en la plaza del Cabildo



Era un 25 de mayo, y los vecinos se encontraban reunidos en la plaza frente al cabildo, esperando con entusiasmo la elección de los nuevos representantes del pueblo argentino, tras la caída del virrey Cisneros. Los niños jugaban y correteaban por el lugar, mientras los adultos conversaban animadamente sobre las posibles decisiones que se tomarían.

- ¡Qué emoción! Será una gran responsabilidad elegir a quienes nos representarán, pero estoy seguro de que tomaremos la mejor decisión -dijo el señor Manuel, un vecino muy querido por todos.

Los murmullos se intensificaron cuando los candidatos comenzaron a presentarse uno por uno. Había hombres y mujeres de distintas edades con propuestas interesantes para mejorar la situación del pueblo. Al finalizar las presentaciones, se dispuso la votación.

- ¡Vamos a votar con responsabilidad y pensando en el bienestar de todos! -gritó el maestro Pablo, quien estaba al frente de la mesa donde se realizaría la elección.

Los vecinos se acercaron con seriedad y depositaron sus votos. Finalmente, se contaron los votos, y los nuevos representantes fueron elegidos.

- ¡Felicidades a los elegidos! Confiamos en que trabajarán para el progreso y la igualdad de nuestra querida Argentina -anunció el maestro Pablo, mientras estrechaba la mano de los nuevos representantes.

La plaza se llenó de alegría y esperanza. Los niños comenzaron a jugar alrededor de los bombo, mientras los adultos conversaban sobre los desafíos que vendrían.

- ¡Juntos podemos lograr grandes cosas! Si trabajamos unidos, podremos construir un futuro mejor para todos -exclamó la señora Marta, una vecina muy comprometida con su comunidad.

Los vecinos asintieron con determinación, sabiendo que debían unirse y colaborar para superar cualquier desafío que se presentara. La elección no solo había sido un acto de democracia, sino también una demostración de la fuerza y la unión del pueblo argentino.

FIN.

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