El Día de la Generosidad
Era un hermoso día de primavera en el colegio Los Girasoles. Los chicos y chicas de cuarto grado estaban muy emocionados porque iban a celebrar el fin del año escolar con un divertido picnic en el parque.
La maestra, la señorita Laura, les había dicho que cada uno debía traer algo para compartir en el picnic. Todos se pusieron manos a la obra para preparar sus alimentos favoritos.
Martín decidió hacer unos riquísimos sándwiches de jamón y queso, mientras que Sofía preparó unas deliciosas galletitas caseras. Cuando llegó el día del picnic, los chicos y chicas se encontraron en la entrada del colegio con sus canastas llenas de comida.
Estaban tan emocionados que no podían dejar de saltar y reírse. La señorita Laura los esperaba con una gran sonrisa en su rostro. - ¡Bienvenidos chicos! -exclamó la señorita Laura-. Estoy segura de que vamos a pasar un día maravilloso juntos.
Los niños asintieron emocionados y comenzaron a caminar hacia el parque. El sol brillaba radiante y las flores estaban todas abiertas, pintando el paisaje de colores vibrantes.
Al llegar al parque, buscaron un lugar bajo un árbol frondoso donde colocaron una gran manta para sentarse todos juntos. Las risas llenaban el aire mientras compartían sus comidas y hablaban sobre lo mucho que habían aprendido durante el año. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del otro lado del parque.
Todos miraron hacia allá y vieron a un grupo de niños que parecían estar tristes y aburridos. - ¿Qué les parece si vamos a jugar con ellos? -propuso la señorita Laura.
Los chicos de cuarto grado asintieron emocionados y rápidamente se acercaron al otro grupo. Descubrieron que eran niños de una escuela vecina que no tenían juguetes para divertirse. Sin pensarlo dos veces, los chicos y chicas de cuarto compartieron sus juguetes con los nuevos amigos.
Juntos comenzaron a jugar al fútbol, saltar la cuerda y hacer carreras. La risa volvió a llenar el parque mientras todos disfrutaban del día juntos. El tiempo pasó volando y cuando se dieron cuenta, ya era hora de regresar al colegio.
Los chicos se despidieron con abrazos y prometieron seguir siendo amigos. De vuelta en el colegio, la señorita Laura reunió a los chicos en el salón de clases para hablar sobre lo sucedido.
- Chicos, hoy han demostrado algo muy importante: la importancia de compartir y ayudar a los demás. No solo hemos pasado un día increíble juntos, sino que también hemos hecho felices a otros niños que necesitaban compañía.
Recuerden siempre ser generosos con los demás, porque eso es lo que hace del mundo un lugar mejor -les dijo la señorita Laura con orgullo. Los chicos asintieron comprendiendo el mensaje de su maestra. Se sentían felices por haber podido hacer sonreír a esos niños tristes del parque.
A partir de ese día, prometieron seguir compartiendo lo que tenían con quienes más lo necesitaban. El picnic de primavera se convirtió en una experiencia inolvidable para los chicos y chicas de cuarto grado.
Aprendieron que la amistad y la generosidad son valores importantes que deben llevar siempre en sus corazones. Y así, con una gran sonrisa en el rostro, se despidieron del colegio Los Girasoles sabiendo que habían dejado una huella positiva en el mundo.
FIN.