El día de la gran fiesta musical




En un pequeño pueblo llamado Villa Armonía, todos los habitantes estaban emocionados porque se acercaba el día de la gran fiesta musical. En esta fiesta, la música, los instrumentos, la alegría y el canto eran los protagonistas. Todos los niños del pueblo estaban ensayando con entusiasmo para participar en el concurso de talentos que se celebraría durante la fiesta.

La protagonista de nuestra historia es Lara, una niña curiosa y muy creativa, que siempre soñaba con ser una gran cantante. Sin embargo, tenía miedo escénico y nunca se animaba a cantar en público. El día antes de la fiesta, Lara se encontraba triste porque quería participar en el concurso, pero no se sentía segura de sí misma.

- ¿Qué te pasa, Lara? ¿Por qué estás tan pensativa? – preguntó su mejor amiga, Valentina.

- Es que quiero participar en el concurso de talentos, pero me da miedo cantar delante de tanta gente. Seguro que me voy a olvidar la letra o desafinar – respondió Lara con tristeza.

- ¡No digas esas cosas! Tú tienes una voz preciosa y sabes cantar muy bien. Deberías creer en ti misma, amiga. Además, todos te apoyaríamos – dijo Valentina con una sonrisa.

Las palabras de Valentina resonaron en la mente de Lara. Decidió que no podía permitir que el miedo le impidiera hacer lo que tanto amaba. Así que, con determinación, se puso a practicar su canción una y otra vez, hasta que se sintió lista para enfrentar su miedo.

Llegó el día de la gran fiesta musical y Villa Armonía estaba llena de alegría y color. La plaza principal se llenó de música, risas y bailes. Todos los niños mostraban sus talentos en el escenario. Finalmente, llegó el turno de Lara. Con el corazón latiéndole fuerte, subió al escenario y comenzó a cantar con pasión. Al principio, su voz temblaba un poco, pero a medida que avanzaba la canción, fue ganando confianza y su voz resonaba clara y hermosa.

Al terminar la canción, el público estalló en aplausos y Lara no podía creer la emoción que sentía. Se dio cuenta de que había vencido su miedo y que compartiendo su pasión por la música, había llevado alegría a todos los presentes. Desde ese día, Lara comprendió que la música, los instrumentos, la alegría y el canto pueden unir a las personas y hacer que los sueños se hagan realidad.

FIN.

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