El día de la valentía de Mari Paz




Érase una vez, en un hermoso jardín, tres adorables nietos: Elías, Mari Paz y Julián. Los tres habían llegado de paseo a la casa de su querida abuelita. Elías, el mayor, era un chico valiente y aventurero; Mari Paz, la hermana del medio, era curiosa y alegre; y Julián, el pequeño, siempre estaba sonriendo y riendo. Un día, mientras jugaban en el jardín, el viento comenzó a soplar fuerte. Las hojas se agitaban, los árboles se movían y un leve murmullo se apoderó del lugar. De repente, Mari Paz se asustó.

"¡Abuelita, el viento está muy fuerte y me da miedo!", exclamó Mari Paz, con sus ojos llenos de temor. La abuelita, una mujer sabia y amorosa, se acercó a ellos y les dijo: "No hay nada que temer, queridos. El viento puede ser fuerte, pero también puede ser un baile de la naturaleza. Escuchen cómo silba y susurra entre los árboles".

Entonces, la abuelita les contó una historia sobre la valentía y la importancia de enfrentar sus miedos. Les habló sobre cómo el miedo puede detenernos, pero también sobre cómo podemos encontrar fortaleza y coraje dentro de nosotros mismos. Empezaron a observar el viento de manera diferente, escuchando su canto y observando cómo movía las hojas y las flores. Mari Paz, animada por las palabras de su abuelita, decidió enfrentar su miedo al viento. Tomó la mano de Elías y Julián, y juntos comenzaron a correr entre las ráfagas de viento, riendo y disfrutando el momento.

Mientras jugaban, descubrieron que el viento no era tan aterrador como parecía. Aprendieron a disfrutar su fuerza y a verlo como un regalo de la naturaleza. Al final del día, Mari Paz se dio cuenta de lo valiente que había sido al superar su miedo. La abuelita les sonrió con ternura y les dijo: "Hoy han demostrado que la valentía no significa no tener miedo, sino enfrentarlo y seguir adelante". Los tres niños se abrazaron felices, sabiendo que juntos podían superar cualquier temor que se les presentara. Y así, en ese hermoso jardín, aprendieron la lección de la valentía y el poder del amor familiar.

FIN.

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