El día de las flores amarillas



Era un hermoso día de primavera en el parque de la ciudad. El sol brillaba en lo alto y el aire estaba fresco. Luca y Valentina, una pareja que disfrutaba de la naturaleza, decidieron dar un paseo juntos. Habían llevado a su fiel perro, Toby, que corría de un lado a otro, feliz de estar al aire libre.

Mientras caminaban, Valentina se detuvo de repente. "¡Mirá esas flores amarillas!"- exclamó, señalando un parterre lleno de alegres flores.

"Son hermosas, ¿no?"- respondió Luca, acercándose a las flores. "¿Sabías que las flores amarillas simbolizan la alegría y la amistad?"-

Valentina sonrió. "¡Qué lindo! Esto me recuerda que hoy es un día perfecto para hacer algo especial. ¿Qué te parece si hacemos un pic-nic aquí mismo?"-

"¡Me parece una gran idea!"- dijo Luca emocionado.

Juntos buscaron un lugar bajo un árbol frondoso y extendieron una manta. Sacaron una canasta llena de sándwiches, frutas y jugo. Toby, que se había acomodado al lado de ellos, movía la cola con entusiasmo, esperando alguna que otra migaja.

Mientras disfrutaban de su comida, un grupo de niños se acercó, admirados por la alegría de la pareja.

"¿Puedo acariciar a tu perro?"- preguntó uno de los chicos.

Valentina asintió con una sonrisa. "¡Claro! A Toby le encanta conocer nuevos amigos."-

Los niños comenzaron a jugar con Toby y todos se llenaron de risas. Un nene se pintó la cara de amarillo con el jugo de un limón, lo que desató aún más risas entre los presentes.

De repente, una niña que había estado observando desde lejos, se acercó con una expresión preocupada. "No tengo amigos aquí, y me siento sola..."- dijo, mirando al suelo.

Luca y Valentina se miraron, entendiendo que debían hacer algo. "¿Quieres jugar con nosotros?"- ofreció Luca, extendiendo su mano. "Siempre hay lugar para un nuevo amigo, especialmente en un día tan bonito como hoy."-

La niña sonrió tímidamente y aceptó la invitación. "¡Sí! Me encantaría jugar con Toby."-

En un instante, el parque se llenó de juegos y risas. La niña jugó con los demás, y pronto se sintió parte del grupo. Valentina y Luca también se unieron, y juntos, hicieron una pequeña carrera con Toby, quien saltaba felizmente entre ellos.

Con el tiempo, Valentina decidió organizar una búsqueda del tesoro. "Voy a esconder algunos objetos en el parque y quien los encuentre primero, se llevará unos stickers de flores amarillas como premio!"-

Los niños aplaudieron emocionados y comenzaron a correr por el parque. No solo buscaban objetos; también estaban creando un lazo de amistad, uniendo a los que originalmente se sentían solos.

Al final del día, todos se sentaron de nuevo alrededor de la manta. "¡Fue el mejor día de todos!"- declaró la niña, sonriendo tan brilllante como el sol. "¡Gracias, Valentina! ¡Gracias, Luca!"-

"Nosotros también nos divertimos mucho,"- dijo Luca. "Recordemos siempre que un día soleado puede volverse aún mejor cuando compartimos alegría y amistad."-

Y así pasaron el resto de la tarde, hablando y creando nuevos recuerdos. Al finalizar, Valentina sugirió algo muy importante. "¿Qué les parece si venimos todos juntos el próximo fin de semana? Podemos hacer un club de amigos del parque y seguir disfrutando juntos de los días soleados y las flores amarillas!"-

Los niños aplaudieron en señal de aprobación, y todos prometieron volver. Esa tarde, no solo habían disfrutado de un pic-nic, sino que también habían sembrado las semillas de la amistad y el compañerismo que florecerían en el parque cada semana.

Y así, Luca, Valentina, Toby y su nuevo grupo de amigos aprendieron que un día soleado es aún más especial cuando se comparte con quienes nos rodean, y que la alegría, como las flores amarillas, puede crecer en cualquier lugar si decidimos cultivarla con amor y amistad.

FIN.

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