El día de las mezclas locas


Un día soleado, Agustín y yo estábamos en el laboratorio de mezclas, experimentando con diferentes elementos y sustancias. Agustín tenía una idea brillante: quería crear la mezcla más colorida y brillante que jamás hubiéramos visto.

Empezamos a mezclar líquidos de todos los colores del arcoíris, y pronto el laboratorio se llenó con destellos y chisporroteos. - ¡Mira, Agustín! ¡Esto es increíble! - exclamé emocionado. De repente, una de las mezclas comenzó a burbujear de manera extraña y a expandirse rápidamente.

- ¡Cuidado, Agustín! ¡Esta mezcla está fuera de control! - grité asustado. Sin embargo, Agustín se mantuvo tranquilo y recordó cómo habíamos aprendido a manejar situaciones imprevistas. Juntos trabajamos en equipo para contener la mezcla y evitar un desastre.

Después de mucho esfuerzo, logramos estabilizarla y aprender una lección importante: la importancia de la precaución y la tranquilidad en el laboratorio. Desde ese día, nuestras mezclas siempre fueron emocionantes, pero con un cuidado especial.

Agustín y yo nos convertimos en expertos en crear nuevas fórmulas coloridas y brillantes, siempre recordando la importancia de la seguridad y la calma en cada experimento.

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