El día de los columpios en el parque
En un soleado y hermoso día, los niños del barrio se reunieron en el parque para disfrutar de una jornada llena de diversión.
Emiliano, Sofía, Martín y Valentina eran los mejores amigos, y no podían esperar para llegar al parque y jugar en los columpios. Al llegar, corrieron emocionados hacia los columpios, riendo y gritando de felicidad. -¡Vamos a ver quién llega primero al columpio más alto! -exclamó Emiliano.
Todos se rieron y comenzaron a correr en dirección a los columpios, disfrutando de la brisa fresca que acariciaba sus rostros. Sin embargo, en el camino se encontraron con Mateo, un niño que conocían del colegio, sentado solo en un banco mirando tristemente a los demás niños jugar.
Sofía, la más amable del grupo, se acercó a él y le preguntó qué le sucedía. -No tengo a nadie con quien jugar -respondió Mateo con timidez. Los amigos se miraron entre sí, llenos de empatía por Mateo.
Decidieron invitarlo a unirse a ellos. -¡Ven con nosotros, te divertirás mucho! -dijo Valentina con una sonrisa. Mateo dudó por un momento, pero finalmente aceptó la invitación, emocionado de poder jugar con ellos.
Juntos, disfrutaron de los columpios, se columpiaron tan alto que llegaron casi al cielo, y compartieron risas y alegría. Al final del día, Mateo les agradeció a sus nuevos amigos por haberlo incluido en su diversión.
Los niños comprendieron que la verdadera alegría está en compartir momentos felices con otros, y prometieron seguir siendo amables y solidarios con todos en el futuro.
FIN.