El día de los pequeños protectores



Había una vez una clase de 5º grado en la Escuela Primaria "El Universo". Los alumnos estaban muy emocionados porque iban a hacer una visita al sistema solar.

El profesor Martín les había enseñado todo sobre los planetas y ahora era momento de verlos en persona. Los niños subieron al cohete espacial y despegaron hacia el espacio exterior. A medida que se acercaban a los planetas, podían ver su belleza y magnitud.

Pasaron cerca de Júpiter, Saturno y Marte, pero lo más emocionante estaba por venir cuando llegaron a la luna. Al pisar la superficie lunar, los niños se maravillaron con su paisaje desértico y sus cráteres.

Pero de repente, uno de los alumnos gritó: "¡Miren! ¡Un meteorito se acerca a la Tierra!"Todos miraron hacia arriba y vieron cómo el Meteorito Nereus 4660 se dirigía directamente hacia su planeta.

El profesor Martín rápidamente activó el sistema de comunicación con la Tierra para alertar sobre el peligro inminente. "¡Tenemos que hacer algo!", exclamó Sofía, una niña inteligente y valiente del grupo. "¡Sí! No podemos permitir que nuestro hogar sea destruido", respondió Lucas, un niño curioso e ingenioso.

Los niños comenzaron a pensar en soluciones para salvar la Tierra. Sabían que no podían destruir el meteorito directamente, ya que era demasiado grande y peligroso. Entonces pensaron en utilizar las naves espaciales como escudos protectores para desviar su trayectoria.

Con trabajo en equipo y determinación, los niños se distribuyeron en diferentes naves espaciales y se posicionaron estratégicamente alrededor del meteorito. Se comunicaban entre ellos para coordinar sus movimientos y asegurarse de que el plan funcionara.

"¡Listos para la acción!", gritó Sofía mientras todos ajustaban sus controles. Con precisión milimétrica, las naves espaciales empezaron a moverse al unísono. Utilizaron su fuerza gravitatoria para desviar el curso del meteorito hacia una órbita segura lejos de la Tierra.

La misión fue todo un éxito. El Meteorito Nereus 4660 pasó cerca de la Tierra sin causar ningún daño. Los niños regresaron a su planeta con una gran sonrisa en sus rostros, sabiendo que habían salvado a su hogar.

Cuando llegaron al colegio, fueron recibidos con aplausos y ovaciones por parte de toda la comunidad educativa. El profesor Martín les felicitó por su valentía y trabajo en equipo.

A partir de ese día, los niños comprendieron la importancia de cuidar el planeta Tierra y protegerlo de cualquier peligro que pudiera amenazarlo. También aprendieron que cuando trabajan juntos pueden lograr cosas maravillosas.

Desde entonces, cada año celebran el Día de la Protección Planetaria en honor a aquel momento heroico donde salvaron a la Tierra. Y así, los niños continúan inspirando a otros con su historia, recordándoles que todos podemos hacer algo por nuestro hogar: ¡el hermoso planeta azul!

FIN.

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