El día de Martin en el Centro María Espínola



Martín era un estudiante de noveno grado en el Centro María Espínola. Siempre fue un niño alegre y aplicado, pero un día tuvo un mal día. Por la mañana, se levantó tarde y se apuró para llegar a la escuela.

Cuando llegó, se dio cuenta de que se olvidó de hacer la tarea de matemáticas, lo que le provocó una gran preocupación. Durante la clase, Martín estaba tan desconcentrado que no entendía lo que la maestra explicaba.

Al final del día, cuando se disponía a jugar un partido de fútbol, se torció el tobillo. Martín se sintió abrumado y desanimado. Al llegar a casa, su mamá notó su tristeza y decidió hablar con él.

- 'Martín, veo que has tenido un mal día. ¿Qué te pasó?' - preguntó su mamá. Martín le contó todo: cómo se levantó tarde, olvidó la tarea, estuvo desconcentrado en clase y se lastimó jugando fútbol.

Su mamá lo escuchó atentamente y le recordó lo importante que es afrontar los desafíos con una actitud positiva. Le sugirió que tomaran un respiro, hicieran juntos la tarea y luego pasaran un rato agradable. Martín aceptó la propuesta y, poco a poco, empezó a sentirse mejor.

Esa noche, Martín se acostó pensando en lo que su mamá le había dicho. Al día siguiente, llegó a la escuela con una actitud positiva y decidido a enfrentar cualquier desafío que se presentara.

A medida que pasaban los días, Martín recuperó su concentración en clase, se esforzó por no olvidar las tareas y practicó el fútbol con responsabilidad. Descubrió que, a pesar de los obstáculos, podía mantenerse centrado en sus metas y superar los malos momentos.

Desde entonces, cada vez que Martín enfrentaba dificultades, recordaba las palabras de su mamá y encontraba la fuerza para seguir adelante.

FIN.

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