El día de nieve


En un hermoso pueblo rodeado de montañas, vivía Lucía, una niña curiosa y llena de energía. El invierno había llegado y con él, la nieve cubría todo a su paso. Lucía, emocionada, se levantó temprano y corrió a la ventana para admirar el manto blanco que había cubierto su jardín.

- ¡Papá, mamá, miren cuánta nieve! ¿Podemos ir a jugar afuera? - preguntó Lucía con entusiasmo.

Sus padres, preocupados por el frío intenso que había, le explicaron que no podían ir afuera a jugar, pero que podrían disfrutar de un día especial en casa. Decidieron preparar delicioso chocolate caliente y pasar la tarde en familia. Juntos, se abrigaron con bufandas, guantes y gorros, y se sentaron alrededor de la chimenea, sintiendo el cálido aroma del chocolate que los reconfortaba.

- Mamá, esta es la mejor idea que has tenido. ¡Me encanta pasar tiempo juntos! - exclamó Lucía con alegría.

Mientras saboreaban el delicioso chocolate caliente, la familia compartió historias, juegos de mesa y risas. Lucía se dio cuenta de que no necesitaba salir afuera para disfrutar del invierno, pues estaba viviendo un día mágico junto a las personas que más quería.

Al caer la noche, el cielo se iluminó con las estrellas y la nieve brillaba bajo la luz de la luna. Lucía se acurrucó entre sus padres, agradecida por el hermoso día que habían tenido juntos.

Desde ese día, Lucía supo que el invierno no solo era el momento perfecto para jugar afuera, sino también para compartir momentos especiales en familia. Y así, cada vez que nevaba, recordaba con cariño aquel día de nieve donde descubrió la magia del calor del hogar en compañía de sus seres queridos.

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