El Día del Beso Especial



Era un día soleado en el barrio de las flores, donde Belén y Benjamín solían jugar después de la escuela. Ambos compartían la pasión por la aventura, especialmente en el Jardín de los Sueños, un lugar mágico lleno de plantas de colores vibrantes y mariposas que danzaban en el aire.

Un día, mientras exploraban un rincón escondido del jardín, descubrieron una puerta pequeña, cubierta de enredaderas. Curiosos, se acercaron.

"¿Viste esto, Benja? ¡Nunca la habíamos notado!",

dijo Belén, con los ojos brillantes de emoción.

"Sí, parece que lleva a un lugar secreto. ¿Te animás a abrirla?",

contestó Benjamín, un poco nervioso pero emocionado.

Con un empujón suave, la puerta se abrió revelando un mundo interior lleno de colores aún más vibrantes y criaturas fantásticas que nunca habían imaginado. En medio de todo, había un pequeño espejo mágico.

"¿Qué será eso?",

preguntó Belén, intrigada.

Cuando se acercaron, el espejo cobró vida y una voz amable les dijo:

"Bienvenidos, Belén y Benjamín. Aquí pueden descubrir el valor de la amistad y el significado de los besos especiales."

"¿Besos especiales? ¿A qué te referís?",

preguntó Benjamín, frunciendo el ceño.

"A los besos que se dan con el corazón, que simbolizan cariño y respeto. Ven, acérquense y aprenderán más sobre ellos."

Intrigados, los niños se acercaron al espejo y un calidez los envolvió. De repente, comenzaron a recordar momentos en los que habían ayudado a otros, como cuando habían compartido sus juguetes con amigos o cuando Belén había confortado a Benjamín tras una caída. Cada recuerdo brillaba como una estrella.

"¡Mirá, Benja! ¡Eran momentos tan lindos!",

exclamó Belén, completamente maravillada.

"Sí, y cada uno de esos momentos fue un beso especial que le dimos a nuestra amistad."

El espejo continuó:

"Los besos especiales no son solo un gesto físico, sino que son una representación del amor que compartimos con los demás. Nunca olviden eso."

De repente, una mariposa sobrevoló el espejo y habló:

"¡Escuchen! Este es el momento para que cada cual dé su beso especial. ¿Cuál será, amigos?"

Belén y Benjamín, al mirarse, sintieron los corazones latir fuerte. Belén sonrió y soltó:

"Quiero agradecerte por ser un gran amigo."

Luego, se acercó y en un gesto de confianza y cariño, le dio un suave beso en la mejilla a Benjamín.

"Y yo a vos, Belén. Gracias por siempre estar a mi lado."

Con esa simple acción, ambos sintieron una chispa mágica que iluminó el lugar. El espejo brilló intensamente y la mariposa exclamó:

"¡Eso es! ¡Los besos especiales se dan desde el corazón! El cariño que se comparten fortalece las amistades."

Justo en ese momento, la puerta del jardín comenzó a cerrarse lentamente, y los niños comprendieron que debían regresar al mundo real, pero ahora llevaban consigo un hermoso recuerdo.

Al salir del jardín, se miraron ambos con complicidad y risas.

"¿Te acordás la mariposa? ¡Fue increíble!",

comentó Belén.

"Sí, y ¡el beso especial fue lo mejor! Nunca había sentido eso antes."

El resto del día, siguieron jugando y disfrutando, sabiendo que su amistad era más fuerte que nunca. Aprendieron que los gestos más simples pueden tener un poder inmenso, y que siempre hay espacio para la amistad y el cariño en sus vidas. Y así, Belén y Benjamín vivieron muchas más aventuras, cada una marcada por esos besos especiales que, aunque sutiles, siempre llenaban su corazón de alegría y amor.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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