El Día del Río Limpio
Cristinto estaba emocionado de pasar el día en el río con su hermana y su hermano. Llegaron temprano por la mañana y se pusieron sus trajes de baño.
- ¡Qué lindo está el agua! - exclamó Cristinto mientras saltaba al río. - Sí, está fresquita - dijo su hermana mientras se metía lentamente en el agua. - Yo no sé nadar muy bien - confesó su hermano menor. Cristinto sonrió y le tendió la mano a su hermano.
- No te preocupes, yo te enseño - dijo con una sonrisa amable. Los tres comenzaron a nadar juntos, jugando y riendo en el agua cristalina del río.
Pero de repente, Cristinto notó algo extraño en el fondo del río. - ¡Miren chicos! ¿Ven eso? - señaló hacia abajo. Sus hermanos fruncieron el ceño tratando de ver lo que Cristinto había visto. Entonces notaron un montón de basura flotando cerca de ellos.
- Eso es horrible - dijo la hermana de Cristinto con tristeza. Cristinto asintió seriamente. - Tenemos que hacer algo para limpiar esto antes de que alguien se lastime o enferme por esta basura envenenada - dijo decididamente.
Los tres salieron del agua y comenzaron a reagarrar toda la basura que pudieron encontrar junto al río. Fue un trabajo duro pero finalmente lograron recolectar todo lo que pudieron encontrar.
Después, los tres volvieron al agua para disfrutar del resto del día sin preocupaciones. Nadaron hasta cansarse y jugaron hasta que el sol comenzó a ponerse. Al final del día, los tres salieron del río agotados pero felices.
Cristinto y sus hermanos aprendieron una valiosa lección sobre la importancia de cuidar su entorno y mantenerlo limpio para todos poder disfrutarlo. - ¡Qué día increíble! - exclamó Cristinto mientras caminaban hacia casa. - Sí, fue genial - dijo su hermana con una sonrisa.
- Y lo mejor de todo es que hicimos algo bueno por el planeta hoy - agregó el hermano menor con orgullo. Los tres se abrazaron y prometieron volver al río pronto para seguir cuidándolo juntos.
FIN.