El Día del Temblor
Era un día normal en el barrio cuando Marta y Juan decidieron salir a jugar al parque. El sol brillaba y el cielo estaba despejado.
"¡Vamos, Juan! Vamos a jugar en el tobogán!" dijo Marta emocionada.
"¡Sí, el tobogán! Es mi favorito!" respondió Juan con una gran sonrisa.
Mientras corrían hacia el parque, algo inesperado sucedió. A medida que se acercaban, sintieron que el suelo empezaba a temblar.
"¿Marta, sentís eso?" preguntó Juan, mirando alrededor con preocupación.
"Sí, parece un pequeño temblor... ¿qué hacemos?" respondió Marta, sintiendo un poco de miedo.
Recordaron lo que había aprendido en la escuela sobre qué hacer durante un temblor.
"¡Debemos encontrar un lugar seguro!" exclamó Marta.
"¡A la casa de mi abuela! Ella siempre dice que su casa es más fuerte!" sugirió Juan.
Así que, decididos, comenzaron a correr hacia la casa de la abuela de Juan. En el camino, pasaron por el parque y vieron a otros niños.
"¡Chicos, vengan! ¡Hay un temblor!" gritó Juan.
"¿Qué hacemos?" preguntaron algunos amigos, preocupados.
"¡Vamos a la casa de la abuela de Juan!" dijeron Marta y Juan juntos.
Todos corrieron hacia la casa de la abuela. Cuando llegaron, ella ya los estaba esperando con la puerta abierta.
"¡Rápido, adentro!" dijo la abuela.
"¿Estás bien, abuela?" preguntó Juan, cuidando de ella.
"Sí, sí, estoy bien. Pero debemos estar seguros juntos. ¡Bajo la mesa!" les indicó la abuela.
Los niños se metieron debajo de la mesa fuerte de la cocina mientras la abuela los cuidaba.
"Chicos, mientras esperamos, les contaré una historia del temblor que viví cuando era joven..."
La abuela empezó a contarles cómo había aprendido a ser valiente durante una situación parecida y cómo siempre es importante mantenerse unidos.
"Siempre hay que estar preparados y mantenerse tranquilos. Lo más importante es saber qué hacer si pasa algo malo" explicó.
Después de algunos minutos, el temblor se detuvo y todos salieron de debajo de la mesa.
"¡Fue algo rápido!" exclamó Marta, sintiéndose un poco más aliviada.
"Sí, pero ahora sabemos qué hacer!" dijo Juan.
"¡Y también tenemos que ayudar a los demás si algo pasa!" agregó Marta.
"¡Exacto! Todos juntos somos más fuertes!" dijo la abuela orgullosa de sus nietos y amigos.
Los niños aprendieron que aunque algo inesperado pueda pasar, lo importante es estar preparados y cuidarse unos a otros. Después del temblor, regresaron al parque, esta vez con más confianza y unión.
FIN.