El día en el Museo Ferroviario


Había una vez un grupo de estudiantes de la Escuela Espinosa que se encontraba emocionado por su próxima excursión al Museo Ferroviario de la ciudad. Los niños se reunieron temprano en la entrada de la escuela, con mochilas repletas de entusiasmo y ganas de aprender.

Al llegar al museo, fueron recibidos por un simpático guía que los llevó a través de los túneles del tiempo, contándoles la historia de los ferrocarriles y su importancia en el desarrollo del país. Los estudiantes escuchaban atentamente, maravillados por las locomotoras y los vagones antiguos que se exhibían.

Durante el recorrido, uno de los niños, Martín, se separó del grupo por accidente y terminó perdido en una sección del museo. Asustado, Martín recordó lo que el guía les había enseñado sobre la importancia de mantener la calma en situaciones complicadas. Con valentía, decidió buscar a sus compañeros por su cuenta.

Mientras tanto, el grupo de estudiantes notó la ausencia de Martín y, preocupados, informaron al guía. Rápidamente, organizaron una búsqueda para encontrar a su amigo perdido. Martín, por su parte, exploraba cada rincón del museo con determinación, hasta que finalmente encontró a sus compañeros y al guía, quienes lo recibieron con alivio y alegría.

Tras el reencuentro, el guía aprovechó la oportunidad para explicarles a los niños la importancia de mantenerse juntos y seguir las indicaciones en lugares desconocidos. Martín compartió su experiencia y todos reflexionaron sobre la importancia de la cooperación y el compañerismo.

Al final del día, los estudiantes regresaron a la Escuela Espinosa con corazones rebosantes de nuevas experiencias, aprendizajes y el inquebrantable vínculo de la amistad que los unía.

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