El día en que el auto descompuesto enseñó a los directivos una lección
En una soleada mañana en la ciudad, los directivos de la empresa 'Risas & Co.' se encontraban en apuros. Su lujoso auto se había descompuesto en medio de la calle, bloqueando el tráfico y causando un gran alboroto.
Mientras intentaban empujar el auto hacia un costado, los directivos no podían evitar sentirse frustrados y avergonzados por la situación. Los peatones miraban con curiosidad, algunos con una pizca de diversión en sus ojos.
Justo en ese momento, un grupo de niños que pasaba por allí se acercó para ofrecer su ayuda. '¡Podemos ayudarlos a empujar!', exclamó Ana, la niña más entusiasta del grupo. Los directivos, sorprendidos por la valentía y el espíritu de colaboración de los niños, aceptaron su ayuda.
Juntos, los directivos y los niños lograron empujar el auto hacia un lugar seguro. Durante la tarea, los directivos notaron la alegría y la determinación de los niños, a pesar de enfrentarse a un problema difícil.
Al terminar, los directivos agradecieron a los niños y se disculparon por el inconveniente que habían causado. Inspirados por la actitud positiva de los pequeños, los directivos decidieron tomar medidas para mejorar la relación de la empresa con la comunidad.
Organizaron eventos para recaudar fondos para obras benéficas y se comprometieron a ser más conscientes del impacto de sus acciones en los demás. Con el tiempo, la empresa 'Risas & Co.'
se convirtió en un ejemplo de responsabilidad social, todo gracias a la lección que aprendieron aquel día, cuando el auto descompuesto les mostró que la verdadera riqueza reside en la empatía y el espíritu de colaboración.
FIN.