El día en que Gato asustadizo hizo amigos en el árbol



En un hermoso día de primavera, Gato asustadizo se encontraba paseando por el bosque. De repente, un delicioso olor lo atrajo hacia un árbol. Al mirar hacia arriba, descubrió un apetitoso nido de pájaros con huevos coloridos. Frotándose las patas con emoción, Gato asustadizo trepó al árbol con agilidad. Pero al llegar al nido, los pajaritos comenzaron a piar de miedo.

- ¡No te asustes, pajaritos! -dijo Gato asustadizo-. Solo quiero disfrutar de un aperitivo.

Los pajaritos temblaban, pero uno de ellos, llamado Pío, decidió hablar con valentía.

- Por favor, no nos comas. Somos pequeños, pero tenemos tanto por vivir.

Gato asustadizo quedó sorprendido por la valentía del pequeño Pío. Decidió escuchar lo que los pajaritos tenían para decir. Descubrió que ellos también tenían miedo de otros animales y que su mamá había salido en busca de comida. Gato asustadizo sintió compasión por los pajaritos y, en lugar de comérselos, decidió proteger el nido mientras la mamá pájaro no regresaba. Durante ese tiempo, Gato asustadizo y los pajaritos se hicieron amigos. Jugaron juntos, contaron historias y se cuidaron mutuamente. Cuando la mamá pájaro regresó, quedó asombrada al ver a Gato asustadizo cuidando con tanto amor a sus crías. Agradecida, la mamá pájaro compartió su comida con Gato asustadizo y lo invitó a visitar el nido siempre que quisiera. Desde ese día, Gato asustadizo aprendió que, a veces, es mejor ser amigo que ser cazador, y que la amistad puede florecer en los lugares más inesperados.

FIN.

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