El día en que Hada, el gato escoba, se metió en problemas
En un pequeño pueblo llamado Encantalia, vivía un gato muy especial llamado Hada. Sí, su nombre era un poco extraño para un gato, pero es que Hada no era un gato común y corriente.
¡Era un gato con la capacidad de volar sobre una escoba mágica! Hada era conocido en todo el pueblo por su astucia y valentía, pero a veces, su curiosidad lo metía en problemas.
Un día, mientras volaba por el bosque, Hada vio a un grupo de duendes jugando con una varita mágica. Sin pensarlo dos veces, Hada se acercó para ver de qué se trataba. -¿Qué están haciendo, amiguitos? -preguntó Hada con gran curiosidad.
Los duendes, algo sorprendidos por ver a un gato volando en una escoba, le explicaron que estaban practicando hechizos para ayudar a los habitantes del pueblo. Hada, emocionado, les pidió que le enseñaran un poco de magia.
Los duendes, un poco indecisos, accedieron a enseñarle un hechizo sencillo, siempre y cuando prometiera utilizarlo con responsabilidad. Hada, emocionado, prometió cumplir la promesa. Los duendes le enseñaron un hechizo para hacer que las plantas crecieran más rápido y con más fuerza.
Hada, ilusionado, practicó el hechizo una y otra vez hasta que se sintió seguro de poder usarlo. Mientras volaba de regreso al pueblo, Hada vio un campo de flores marchitas y decidió probar su nuevo hechizo. Sin embargo, algo salió mal.
En lugar de ayudar a las flores, el hechizo las hizo crecer tan descontroladamente que comenzaron a cubrir todo el pueblo. Los habitantes de Encantalia empezaron a entrar en pánico al ver cómo las plantas invadían sus casas y calles.
Hada se sintió terriblemente culpable al darse cuenta de que su curiosidad había causado aquel caos. Decidido a solucionar su error, Hada voló hacia el campo y utilizó su escoba mágica para controlar el crecimiento de las plantas y devolver al pueblo a su estado original.
Los habitantes de Encantalia, impresionados por la valentía y determinación de Hada, lo recibieron como un verdadero héroe. Desde ese día, Hada aprendió la importancia de usar la magia con responsabilidad y nunca más se dejó llevar por su curiosidad sin pensar en las consecuencias.
FIN.