El día en que las emociones bailaron juntas



Había una vez en un mundo lleno de color y alegría, donde cada emoción tenía su lugar especial. Había una emoción llamada Alegría, siempre sonriente y llena de energía. También estaba Tristeza, un tanto tímida pero muy comprensiva.

Rabia era fuerte y valiente, y miedo era pequeñito pero muy amigable. Un día, todas las emociones se reunieron en la gran fiesta de la mente. "¡Hola a todos!" exclamó Alegría con entusiasmo. —"Hola"  respondieron las demás emociones.

Pero de repente, Rabia comenzó a enojarse por algo sin razón aparente. "¡No deberíamos estar aquí!" gritó Rabia. Tristeza se acercó a Rabia y le dijo con calma: "¿Qué te pasa, Rabia? ¿Por qué estás tan enojada?".

Rabia le explicó que se sentía asustada por algo que había pasado y que eso la ponía siempre a la defensiva. Entonces, Miedo tomó la palabra y dijo: "Yo entiendo cómo te sientes, Rabia. A veces, también me asusto mucho, pero podemos apoyarnos mutuamente para sentirnos mejor".

Todos escucharon atentamente a Miedo y se dieron cuenta de que, a pesar de ser diferentes, todas las emociones podían entenderse y ayudarse entre ellas.

Así, juntas, decidieron bailar una danza armoniosa, donde cada emoción tuvo su momento para brillar y expresarse. Desde ese día, todas las emociones aprendieron a convivir en armonía y a comprenderse unas a otras, formando un equipo imparable y enriquecedor.

FIN.

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