El día en que Marcos conoció a los Simpson



Marcos era un niño de 8 años con autismo, le encantaban los Simpson y siempre soñaba con encontrarse con ellos en la vida real. Un día, al salir de la escuela, su mamá lo sorprendió con una gran noticia: iban a viajar a Springfield, la ciudad de los Simpson. Marcos no podía creerlo, estaba emocionado y no paraba de sonreír.

Al llegar a Springfield, se dirigieron a la plaza central donde se encontraba la estatua de Jebediah Springfield. De repente, Marcos vio a Bart Simpson patinando por la plaza. Se acercó corriendo y le dijo -Hola Bart, soy Marcos, ¡me encantan tus travesuras! Bart le respondió -¡Hola Marcos! ¿Quieres venir a pasear conmigo? Marcos estaba radiante, aún no podía creer que estaba junto a su personaje favorito.

Mientras paseaban, vieron a Lisa Simpson tocando su saxofón en la plaza. Marcos se acercó a ella y le dijo -Hola Lisa, ¡me gusta mucho tu música! Lisa le respondió -Hola Marcos, ¿quieres escuchar una melodía? Y así, Lisa tocó una hermosa canción que llenó el corazón de Marcos de alegría.

De repente, vieron a Homero y Marge Simpson paseando con Maggie. Marcos se acercó emocionado y les dijo -Hola Homero, Marge, Maggie, ¡son mi familia favorita! Homero le respondió -¡Hola amiguito! ¿Quieres venir a comer unas rosquillas con nosotros? Marcos no podía creerlo, estaba viviendo un sueño.

Después de compartir un divertido momento con los Simpson, Marcos y su mamá se despidieron de ellos y regresaron a casa. Marcos estaba feliz, había conocido a sus personajes favoritos en la vida real y eso le enseñó que los sueños pueden hacerse realidad.

Desde ese día, Marcos conservó en su corazón el recuerdo de su encuentro con los Simpson, y siempre recordaba que en la vida, todo es posible si uno cree en sus sueños.

FIN.

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