El día en que Polo se perdió y fue encontrado por nuevos amigos



En una linda casa en las afueras de Manizales vivía una familia muy especial.

Estaba el joven Luis Antonio, que era un chico muy curioso y amable; su hermana, alegre y cariñosa; su mamá Lorena, una mujer trabajadora y amorosa; su papá Rubian, un profesor dedicado y sabio; y por supuesto, no podía faltar Polo, el perro juguetón de la familia. Polo era un perro travieso que siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Le encantaba correr por el jardín, perseguir mariposas y jugar con cualquier cosa que encontrara a su paso. Sin embargo, a veces su entusiasmo lo metía en problemas.

Una mañana soleada, mientras la familia desayunaba en el patio trasero, Polo decidió ir en busca de diversión. Corrió tan rápido que logró escaparse sin ser visto. Cuando finalmente se dieron cuenta de su ausencia, todos entraron en pánico. - ¡Polo se ha escapado! -exclamó Lorena con preocupación. - Tranquila Lorena, seguro está cerca.

Salgamos a buscarlo -dijo Rubian tratando de calmarla. Luis Antonio y su hermana salieron corriendo en direcciones opuestas para tratar de encontrar a Polo lo más pronto posible.

Mientras tanto, Polo seguía explorando el vecindario sin darse cuenta del susto que les había dado a todos. Después de un rato de búsqueda intensa, Luis Antonio escuchó ladridos provenientes de un parque cercano. Corrió hacia allí y vio a Polo rodeado de niños riendo y jugando con él.

- ¡Polo! ¡Qué susto nos diste! -exclamó Luis Antonio aliviado mientras acariciaba a su mascota. Los niños le explicaron que habían encontrado a Polo vagando por el parque y decidieron jugar con él hasta encontrar a sus dueños.

Agradecidos, Luis Antonio los invitó a todos a volver juntos a casa para compartir una merienda. Al llegar a casa, Lorena abrazó emocionada a Polo mientras los niños contaban divertidas anécdotas sobre sus travesuras en el parque.

Fue entonces cuando Rubian tomó la palabra:- Familia, hoy aprendimos algo importante. La importancia de estar unidos y apoyarnos mutuamente ante cualquier situación difícil. También recordamos lo valioso que es tener amigos dispuestos a ayudarnos cuando más lo necesitamos.

Todos asintieron con alegría y gratitud por haber recuperado sano y salvo a Polo gracias al trabajo en equipo. Desde ese día en adelante, la familia prometió cuidar mejor de su querido perro juguetón para evitar nuevos sustos como aquel.

Y así concluyó esta historia inspiradora donde la solidaridad, la cooperación familiar y la amistad prevalecieron sobre los momentos difíciles gracias al amor incondicional que reinaba entre ellos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!