El Día en que Rompimos la Tele



Era un soleado sábado por la tarde cuando mi hermana y yo estábamos jugando en la sala de estar de la casa de nuestra madre. De repente, escuchamos un fuerte ruido seguido por el sonido de vidrio rompiéndose. Corrimos hacia la televisión y descubrimos que mi hermana la había roto accidentalmente. Mamá estaba en la cocina y todavía no se había dado cuenta. En lugar de entrar en pánico, decidimos buscar una solución. "Lo siento mucho", dijo mi hermana con lágrimas en los ojos.

Tratamos de encontrar formas de arreglar la televisión, pero resultó que estaba más allá de nuestra capacidad. Fue entonces cuando recordé que en la biblioteca del vecindario se realizaba un taller de manualidades ese mismo día. Decidimos esforzarnos por ganar dinero para reparar la televisión, así que nos alistamos y nos dirigimos allí. En el taller, aprendimos a hacer hermosos adornos con materiales reciclados. Nos dimos cuenta de que, con esfuerzo y creatividad, podríamos hacer algo especial y venderlo para obtener el dinero que necesitábamos.

Pasamos días haciendo adornos y decidimos organizar una feria de ventas en el parque. Con carteles hechos a mano, promocionamos nuestro evento en todo el vecindario. La feria resultó ser un gran éxito y logramos vender todos nuestros adornos. Con el dinero ganado, fuimos a la tienda de reparación y arreglamos la televisión. Cuando mamá regresó, temerosos de su reacción, le contamos lo sucedido. Para nuestra sorpresa, en lugar de enojarse, nos abrazó y nos dijo lo orgullosa que estaba de nuestra determinación para solucionar el problema. A partir de ese día, aprendimos que incluso de los errores se pueden sacar lecciones valiosas. Y así, cada vez que veíamos la televisión reparada, recordábamos la importancia del trabajo en equipo, la creatividad, la resiliencia y el esfuerzo para solucionar los problemas.

FIN.

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