El día en que Solidaridad llegó al bosque

Había una vez un bosque encantado donde vivían animales de todas las formas y tamaños. Había conejos, zorros, ciervos y pájaros de todos los colores. Pero un día, una extraña criatura llegó al bosque.

Era Solidaridad, un ser brillante y bondadoso que irradiaba luz y calidez. Solidaridad se presentó ante los animales y les dijo: -Hola, soy Solidaridad y he venido a ayudar y cuidar de todos ustedes.

Los animales, sorprendidos por la llegada de esta nueva criatura, no sabían qué pensar. Algunos estaban emocionados, otros desconfiados, pero todos querían saber más sobre Solidaridad. Solidaridad les explicó que su propósito era enseñarles la importancia de ser solidarios y ayudarse mutuamente.

Los animales, intrigados, decidieron darle una oportunidad y escuchar lo que tenía para decirles. Solidaridad organizó un plan para enseñarles a trabajar juntos. Les propuso que cada uno aportara algo para mejorar la convivencia en el bosque.

Los pájaros ayudarían a construir nidos más resistentes, los conejos buscarían comida para compartir, los zorros protegerían a los más vulnerables y los ciervos buscarían agua fresca para todos. Poco a poco, los animales comenzaron a trabajar en equipo, ayudándose unos a otros y poniendo en práctica la solidaridad.

Fue entonces cuando empezaron a notar los cambios. El bosque se volvió más armonioso, los lazos entre ellos se fortalecieron y la convivencia se hizo más agradable.

Solidaridad se alegró al ver cómo sus enseñanzas habían dado frutos y decidió extender su ayuda a otros bosques. Antes de partir, les recordó a los animales la importancia de seguir siendo solidarios y trabajar en equipo.

Los animales asintieron con gratitud, sabiendo que Solidaridad siempre estaría en sus corazones como un recordatorio de la importancia de la colaboración y el apoyo mutuo.