El día en que todos aprendimos a convivir




En un pequeño pueblo llamado Arcoiris, vivían Martina, Lucas y Mateo, tres amigos inseparables que siempre estaban juntos. Un día, la maestra Carolina les anunció que tendrían que trabajar en un proyecto especial: crear un cuento que enseñara la importancia del respeto, la empatía, la convivencia escolar y la igualdad.

Los tres amigos se emocionaron con la idea y se pusieron a trabajar de inmediato. Después de pensarlo mucho, decidieron que su historia estaría protagonizada por un mundo mágico habitado por criaturas de todas las formas, colores y tamaños. Martina se encargó de escribir la historia, Lucas dibujaría las ilustraciones y Mateo buscaría la forma de hacer que el cuento cobrara vida.

El cuento contaba la historia de un hada llamada Estrella que vivía en el Bosque Encantado. Un día, Estrella descubrió que en su mundo mágico no todos se trataban con respeto y que muchos no sabían convivir en armonía. Decidida a cambiar las cosas, Estrella emprendió un viaje en el que conoció a criaturas con problemas muy diferentes a los suyos.

- ¿Y qué van a hacer Estrella y sus amigos para enseñarles a convivir? - preguntó la maestra Carolina cuando los tres amigos presentaron su avance.

- Estamos pensando en hacer que cada criatura tenga la oportunidad de contar su historia y que los demás la escuchen con empatía y respeto - explicó Martina.

La maestra Carolina sonrió orgullosa y les dijo que era una excelente idea.

El día de la presentación final llegó y Martina, Lucas y Mateo estaban nerviosos, pero emocionados. Cuando comenzaron a contar su cuento, algo mágico sucedió. Los niños en el auditorio estaban absortos en la historia, identificándose con las criaturas del mundo mágico y comprendiendo la importancia del respeto, la empatía, la convivencia y la igualdad.

Al terminar la presentación, los niños del pueblo se acercaron a felicitar a Martina, Lucas y Mateo, agradeciéndoles por la hermosa historia que habían creado. A partir de ese día, en la escuela de Arcoiris, todos los niños aprendieron a convivir en armonía, respetándose y practicando la empatía en su día a día.

La magia del cuento había traspasado las páginas y se había convertido en una lección de vida para todos.

FIN.

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