El día en que todos aprendimos a resolver conflictos
Había una vez en la Escuela Primaria "Sol y Luna", un día soleado en el que todos los niños estaban muy emocionados por participar en la Feria de Ciencias.
Entre ellos se encontraban la alumna María y el alumno Carlos, dos niños muy aplicados pero que a veces tenían diferencias. El profesor Miguel, un hombre sabio y comprensivo, los observaba atentamente. De repente, María y Carlos comenzaron a discutir por el lugar donde instalarían su proyecto.
"Ese lugar es perfecto para nuestro proyecto", dijo María. "No, a mí me parece mejor este otro", respondió Carlos. La discusión se convirtió en una pelea de palabras y antes de que pudieran darse cuenta, estaban empujándose.
El profesor Miguel intervino rápidamente y los separó. "¡Deténganse! ¿Qué está pasando aquí?", preguntó con firmeza. Tanto María como Carlos se miraron avergonzados y bajaron la cabeza. El profesor, con calma, los llevó a un rincón.
"Sé que a veces es difícil ponerse de acuerdo, pero la pelea no es la forma de resolver las diferencias. Todos tenemos opiniones distintas y es bueno escucharlas. No podemos llegar a ningún lado si nos comportamos de esta manera.
Ahora, quiero que me digan qué es lo que realmente quieren y por qué." María explicó por qué pensaba que su lugar era el ideal, y Carlos hizo lo mismo con el suyo. El profesor los escuchó atentamente y luego les propuso una solución para que ambos pudieran estar contentos.
Juntos buscaron un lugar que satisficiera las necesidades de ambos proyectos. María y Carlos se dieron cuenta de que, escuchándose y dialogando, podían encontrar una solución que los satisficiera a ambos.
Trabajaron juntos en la Feria de Ciencias y su proyecto fue un éxito. Desde ese día, en la Escuela Primaria "Sol y Luna", todos aprendieron que dialogar y buscar soluciones juntos es la mejor forma de resolver los conflictos.
FIN.