El día especial de Camila en París



En las frías mañanas de invierno en París, la gente corre de un lado a otro envuelta en abrigos de colores oscuros. Pero Camila no era como el resto. Ella era una niña curiosa, llena de energía y con una forma muy peculiar de ver el mundo. Siempre llevaba un sombrero amarillo brillante que destacaba entre la multitud. Un día, mientras paseaba por las calles, se encontró con una feria de libros antiguos. Allí conoció a Gastón, un viejo librero con lentes redondos y una sonrisa bondadosa.

- ¿Qué hace una niña tan curiosa como tú por aquí? - preguntó Gastón.

- Estoy en busca de historias extraordinarias - respondió Camila con entusiasmo.

Gastón le mostró un libro muy especial. Era sobre una niña que descubría un mundo mágico en pleno corazón de París. Camila no pudo resistirse y decidió comprarlo con el dinero que había ahorrado.

Esa noche, mientras leía el libro en su habitación, Camila se dio cuenta de que la historia le sonaba familiar. De repente, una idea brillante iluminó su mente. Decidió que al día siguiente buscaría ese mundo mágico descrito en el libro.

Así que, la mañana siguiente, Camila se enfundó su abrigo rosa con lunares y su sombrero amarillo y partió en busca de aventuras. Recorrió los lugares más emblemáticos de París, imaginando que cada rincón escondía secretos mágicos. Al mediodía, llegó al Jardín de Luxemburgo y se encontró con una anciana muy especial, Madame Olympe, que le contó historias sobre duendes y hadas que habitaban esa tierra. Camila abrió sus ojos como platos y escuchó atentamente cada palabra.

Así, entre cuentos y leyendas, Camila descubrió un mundo mágico en su propia ciudad. Y aunque la gente la consideraba rara, ella se sentía especial y única, capaz de ver la magia donde otros solo veían rutina. Desde ese día, París nunca volvió a ser el mismo para Camila.

FIN.

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