El Día Especial de Pablo



Era un hermoso día soleado en el barrio, y Pablo estaba muy emocionado porque era su cumpleaños. En la ventana de su casa, había un globo rojo, una bandera azul, cinco flores amarillas y tres mariposas que danzaban en el aire. – Hoy es mi día especial, ¡voy a tener una fiesta! – gritaba Pablo mientras saltaba de alegría.

Pablo salió al jardín, donde su mamá había preparado una mesa con un hermoso mantel blanco. En la mesa había cuatro platos de colores, un gran pastel de chocolate con cinco velitas y un sombrero de fiesta. – ¡Mirá, mamá! – le dijo Pablo. – ¡Todo se ve tan rico y divertido! –

Invitó a sus amigos: Juana, Nicolás, Lila y Tomás. Cuando llegaron, Pablo les mostró su jardín, lleno de árboles verdes, dos columpios azules, un tobogán amarillo y un montón de juguetes por el suelo. – ¡Vamos a jugar! – dijo Pablo emocionado. En ese momento, todos rieron y comenzaron a correr.

Mientras jugaban, un pájaro pasó volando. Tenía un plumaje de todos los colores: rojo, verde, azul y amarillo. – ¡Mirá ese pájaro! – dijo Juana. – ¡Es hermoso! – Todos se detuvieron a mirarlo mientras volaba alrededor de ellos. Pablo dijo: – ¡Vamos a inventar una canción para el pájaro! Así, comenzaron a cantar alegremente.

Más tarde, llegó la hora de comer. Pablo y sus amigos se sentaron alrededor de la mesa. En la mesa había cinco rebanadas de pastel, cuatro vasos de jugo, un plato de galletitas y un montón de risas. – ¡Feliz cumpleaños, Pablo! – cantaron todos. – ¡Sopla las velas! – gritaron.

Pablo cerró los ojos y pidió un deseo. Sopló las velas y todos aplaudieron. Pero cuando miraron hacia el cielo, vieron que una nube gris se acercaba. – No, ¡no puede llover en mi cumpleaños! – dijo Pablo preocupado. Pero su mamá le sonrió y le dijo: – ¡No te preocupes! Solo será un chaparrón rápido. ¿Vamos a seguir festejando? Y así, con la lluvia suave, bailaron y cantaron aún más.

Al final del día, Pablo estaba cansado pero feliz. Contó uno, dos, tres, cuatro y cinco recuerdos de su día especial mientras se preparaba para ir a dormir. – Este fue el mejor cumpleaños de todos – pensó sonriendo, mientras soñaba con más aventuras.

FIN.

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