El día especial de Ramiro



Era lunes y Ramiro se preparaba para ir a la escuela, pero esta vez con más nervios que de costumbre. Su abuela lo acompañaba a veces, caminando juntos cinco cuadras hasta llegar al colegio.

Cuando la abuela llega a buscarlo y percibe los nervios de su nieto, le pregunta: "¿Qué te pasa, Ramiro? Estás más inquieto de lo normal".

Ramiro, con una mezcla de emoción y preocupación en su rostro, le confiesa a su abuela que ese día tenía que hacer una presentación frente a toda la clase sobre su pasión por la astronomía. La abuela, con cariño y sabiduría, le dice: "Ramiro, no te preocupes. Tú sabes muchísimo sobre ese tema y seguro vas a sorprender a todos".

Con esas palabras de aliento, Ramiro toma un respiro y se siente un poco más tranquilo. Durante el camino hacia la escuela, la abuela le recuerda a Ramiro momentos en los que él demostró ser valiente y seguro de sí mismo.

"Recuerda cuando construiste ese cohete de cartón y nos explicaste a todos cómo funcionaba. Ese día, todos quedaron asombrados por tu conocimiento y pasión. Hoy será igual", le dice con una sonrisa reconfortante.

Al llegar a la escuela, Ramiro camina con paso firme hacia su salón, se ubica frente a sus compañeros y comienza a hablar sobre las estrellas, los planetas y las galaxias, mientras sus ojos brillan con entusiasmo.

Al terminar su presentación, sus compañeros lo aplauden emocionados y la maestra elogia su valentía y conocimiento. Ramiro, sintiéndose orgulloso, agradece a su abuela en su corazón por haberle recordado lo especial que es.

Desde ese día, Ramiro supo que, con confianza y pasión, podía superar cualquier desafío que se le presentara.

FIN.

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