El Día Especial en la Plaza
Había una vez un grupo de niños de un jardín de infantes que estaban muy emocionados porque iban a celebrar su día en la plaza del barrio. Todos estaban dando saltitos de alegría mientras se preparaban para salir. La maestra Graciela les dijo: '¡Vamos a la plaza a disfrutar de un día lleno de juegos y diversión!' Los niños corrieron hacia la puerta, emocionados por lo que les esperaba.
Al llegar a la plaza, los niños se encontraron con un espacio colorido y lleno de juegos. Había toboganes, columpios, hamacas y un arenero. Los ojitos de los pequeños brillaban de felicidad al ver todo lo que podían hacer. '¡Vamos a jugar!', gritó Martín. Los niños se dispersaron por la plaza, explorando cada rincón y divirtiéndose a montones.
Mientras jugaban, los niños empezaron a darse cuenta de algo. Había basura tirada por el suelo. '¡Qué feo!', exclamó Julieta. 'Sí, la plaza no se ve bonita con tanta basura', coincidió Lucía. Entonces, Franco tuvo una idea brillante. '¡Vamos a ayudar a limpiar la plaza!', propuso entusiasmado. Todos los niños asintieron emocionados.
Agarraron bolsas de basura y empezaron a recoger todos los papeles y envases que veían en el suelo. La maestra Graciela, orgullosa de la iniciativa de los niños, se unió a ellos. Pronto, la plaza comenzó a lucir impecable. Los vecinos que pasaban por allí se sorprendieron y felicitaron a los pequeños por su gran labor. Los niños se sentían felices de haber embellecido su lugar de recreo.
Después de la limpieza, continuaron jugando y riendo. Pararon para tomar el refrigerio que habían preparado en la escuela y compartieron sus jugos y galletitas. '¡Qué rica merienda!', exclamó Tomás. 'Sí, pero lo mejor de todo fue ayudar a limpiar la plaza', agregó Lucía. '¡Fue un día inolvidable!', gritó Martín. La maestra Graciela los miró con cariño y les dijo: 'Hoy aprendimos que todos podemos hacer una diferencia, por pequeña que sea, y que cuidar nuestro entorno es responsabilidad de todos'. Los niños asintieron con una sonrisa. Después de un día lleno de aventuras y aprendizajes, regresaron al jardín con el corazón contento y lleno de recuerdos maravillosos.
FIN.