El día genial del pollo Pepe


Había una vez en una escuela en el campo, donde los niños y niñas estaban muy emocionados porque el famoso pollo Pepe vendría a pasar un día genial con ellos. El pollo Pepe era conocido por ser muy amigable y divertido, y todos estaban ansiosos por conocerlo.

Cuando el pollo Pepe llegó a la escuela, fue recibido con entusiasmo por todos los niños. -¡Hola pollo Pepe! ¡Bienvenido a nuestra escuela! -gritó emocionado Lucas. El pollo Pepe respondió con entusiasmo: -¡Hola chicos! Estoy muy contento de estar aquí para pasar un día genial con todos ustedes.

Los niños y el pollo Pepe jugaron juegos, cantaron canciones y se divirtieron mucho. Pero de repente, el cielo se puso oscuro y comenzó a llover. -¡Oh no! ¿Qué haremos ahora? -exclamó preocupada Martina. El pollo Pepe sonrió y les dijo: -No se preocupen, ¡tengo una idea genial!

El pollo Pepe llevó a todos los niños a refugiarse en el granero de la escuela, donde les enseñó a bailar bajo la lluvia y a hacer divertidas manualidades con materiales reciclados. Los niños se sorprendieron de lo creativo y divertido que era el pollo Pepe, y agradecieron haberlo conocido.

Finalmente, la lluvia paró y salió el sol. Los niños despidieron al pollo Pepe con tristeza, pero prometieron recordar siempre su día genial juntos. El pollo Pepe les dijo: -Recuerden que cada día puede ser genial si lo hacen especial con su alegría y creatividad. ¡Hasta pronto, amigos!

Desde ese día, los niños aprendieron a valorar la alegría y la creatividad en todo lo que hacían, recordando siempre la visita especial del pollo Pepe.

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