El día inolvidable de Erick



Era una luminosa mañana de diciembre y Erick estaba muy emocionado. Estaba jugando en el jardín con su hermana Leidi cuando ella le pidió un favor muy importante.

- Erick, por favor ve al supermercado a comprar papel aluminio para envolver el pavo. Es para la cena de Navidad - dijo Leidi con una sonrisa.

Erick asintió emocionado y se apresuró a cumplir con la misión. El supermercado estaba decorado con luces parpadeantes y villancicos alegres. Erick disfrutaba mucho esta época del año.

Después de comprar el papel aluminio, Erick empezó a caminar de regreso a casa. Estaba tan entretenido observando las decoraciones navideñas que no se dio cuenta de que estaba cruzando la calle sin mirar.

De repente, escuchó el sonido de un frenado brusco. Un carro se detuvo a centímetros de él. Erick se quedó petrificado, con el corazón latiéndole con fuerza. El conductor bajó la ventanilla y le regañó suavemente por no mirar al cruzar la calle. Erick asintió apenado y prometió ser más cuidadoso en el futuro.

Regresó a casa, donde su familia lo abrazó con alivio. Después de contarles lo sucedido, su mamá lo miró con ternura y le recordó la importancia de estar atento en la calle.

Esa noche, mientras disfrutaban de la deliciosa cena de Navidad, Erick reflexionó sobre lo sucedido. Aprendió la valiosa lección de prestar atención al cruzar la calle y de apreciar cada momento de la vida. Desde ese día, fue más cuidadoso y agradecido por las pequeñas cosas.

Y así, la Navidad no solo fue una celebración de alegría, sino también un recordatorio de la importancia de la precaución y la gratitud. Erick guardó en su corazón ese día inolvidable.

FIN.

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