El día inolvidable en la playa



Viviana se despertó con una sonrisa de oreja a oreja, emocionada por la aventura que le esperaba. -¡Buenos días, familia! ¿Ya estoy lista para ir a la playa? -dijo con entusiasmo. Sus padres asintieron y rápidamente se prepararon para el viaje.

Una vez en la playa, Viviana corrió hacia la orilla del mar, sintiendo la arena bajo sus pies y el sol sobre su piel. -¡Es hermoso! -exclamó mientras observaba las olas rompiendo en la costa.

Decidieron explorar un poco y se encontraron con un grupo de niños jugando al vóley. Viviana se acercó y preguntó si podía unirse. Los niños la recibieron con una gran sonrisa y le enseñaron a jugar. Pronto, Viviana se encontraba corriendo de un lado a otro, riendo y divirtiéndose.

Más tarde, mientras construían castillos de arena, Viviana notó a un niño triste sentado a cierta distancia. Se acercó a él y le preguntó qué le pasaba. El niño le contó que estaba solo porque sus padres no habían podido acompañarlo ese día. Viviana, con empatía, lo invitó a unirse a su juego, y juntos formaron un gran equipo, construyendo el castillo más grande que la playa hubiera visto.

A medida que el día avanzaba, Viviana y su nueva amistad disfrutaron de helados, se sumergieron en el mar, y exploraron las rocas en busca de tesoros marinos. La tarde pasó sin que se dieran cuenta, pero con corazones llenos de alegría y amistad.

Al regresar a casa, Viviana reflexionó sobre lo maravilloso que había sido el día. Había descubierto la belleza de la naturaleza, aprendido a hacer nuevos amigos y entendido el valor de la amabilidad y la empatía. Con una sonrisa radiante, se durmió sintiéndose agradecida por la increíble aventura en la playa.

FIN.

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