El día perdido de Francisco y sus amigos



Francisco, un niño apasionado por los superhéroes, decidió pasar un día emocionante con sus amigos explorando el barrio. Emocionados, se internaron por las calles, maravillándose con cada rincón. Sin embargo, la emoción los llevó tan lejos que pronto se encontraron perdidos en un laberinto de calles desconocidas.

"Chicos, creo que nos hemos perdido", dijo Francisco, intentando ocultar su preocupación.

Sus amigos, Ana y Diego, intercambiaron miradas nerviosas. Diego, el más valiente del grupo, intentó mantener la calma. "Tranquilos, encontraremos el camino de regreso. Siempre podemos ser como los superhéroes y buscar una solución juntos", propuso con determinación.

Decidieron seguir adelante, pero cada calle parecía igual a la anterior. El sol comenzaba a ocultarse, y el miedo se apoderaba lentamente de ellos.

De repente, avistaron a lo lejos a una señora mayor que regaba su jardín. Con timidez, se acercaron y le pidieron ayuda. La amable señora les indicó el camino de regreso a casa. Al despedirse, Francisco agradeció con una sonrisa.

"¡Vaya aventura!", exclamó Ana, visiblemente aliviada.

"Sí", coincidió Diego, "aprendimos que hasta los superhéroes se pierden a veces, pero siempre encuentran una solución. Y la señora fue como nuestra propia superheroína, ¿no creen?". Los tres amigos rieron emocionados ante la idea.

Desde ese día, Francisco y sus amigos comprendieron que, con valentía y trabajo en equipo, podían superar cualquier desafío, incluso si se perdían en el barrio.

FIN.

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