El día que aprendimos a convivir en armonía


En la Escuela Primaria "La Alegría", todos los días comenzaban con risas y juegos en el patio. Los niños y niñas corrían, saltaban y compartían sus meriendas mientras esperaban que sonara el timbre para iniciar las clases. Pero un día, la armonía que solía reinar en la escuela se vio amenazada por un malentendido entre dos grupos de amigos.

Un grupo de amigos, liderado por Mateo, disfrutaba jugando al fútbol en un rincón del patio. Mientras tanto, Sofía y sus amigas preferían sentarse a charlar y compartir historias en otro sector. Un día, durante el recreo, la pelota de fútbol impactó accidentalmente en el grupo de Sofía, generando molestias y enojos. "¡Mira por dónde juegas, Mateo! ¡Nos arruinaste el recreo!" -exclamó Sofía molesta.

Mateo, sorprendido, se apresuró a disculparse, pero la tensión entre los dos grupos era evidente. Los niños de la escuela se dividieron, algunos apoyando a Mateo y otros a Sofía, generando un clima de conflicto en la escuela. El director, el Sr. Rodríguez, decidió intervenir. Convocó a todos los estudiantes a una asamblea para abordar el problema de convivencia.

"Queridos estudiantes, es triste ver cómo nos hemos dividido por un simple malentendido. La convivencia en nuestra escuela es responsabilidad de todos, y es importante aprender a resolver nuestros conflictos en armonía. Por eso, propongo un desafío: durante una semana, realizaremos actividades que fomenten la cooperación y el compañerismo entre todos ustedes" -anunció el director.

Durante esa semana, los niños de "La Alegría" participaron en juegos cooperativos, trabajaron en proyectos en equipo y compartieron momentos de diversión juntos. Poco a poco, las risas volvieron a inundar el patio y los roces entre Mateo y Sofía se fueron disipando. Finalmente, el viernes, se realizó un gran festival donde todos mostraron lo aprendido.

"¡Amigos y amigas! Hoy hemos demostrado que la unión y la cooperación son fundamentales para convivir en armonía. Aprendimos a escucharnos, a comprendernos y a perdonarnos. Somos una gran familia, y juntos podemos superar cualquier obstáculo que se interponga en nuestro camino" -dijo el director emocionado.

Desde ese día, la Escuela Primaria "La Alegría" volvió a ser un lugar donde la convivencia armoniosa y el respeto mutuo reinaban. Los niños aprendieron que, con voluntad y empatía, podían superar cualquier desafío y que la verdadera alegría estaba en compartir momentos con amigos, sin importar las diferencias.

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