El día que aprendimos a ser amigos



En una pequeña escuela de un barrio tranquilo, vivían dos compañeros de clase llamados Juan y Martín. Desde el primer día que se conocieron, no se podían tolerar. Siempre discutían y peleaban por cualquier motivo.

Los demás compañeros miraban con tristeza la situación, sin saber cómo ayudar. Un día, la maestra organizó una clase especial sobre empatía y respeto.

- ¡Buenos días, chicos! Hoy vamos a hablar sobre la importancia de entender y respetar a los demás - dijo la maestra con una sonrisa. Juan y Martín se miraron con desconfianza, pero prestaron atención a las palabras de la maestra.

Durante la clase, la maestra les enseñó a ponerse en el lugar del otro, a escuchar sin juzgar y a tratar a los demás como les gustaría ser tratados. Al principio, Juan y Martín se mostraron escépticos, pero poco a poco comenzaron a comprender la importancia de la empatía y el respeto.

Después de la clase, Juan se acercó a Martín. - Che, Martín, nunca te lo dije, pero me doy cuenta de que no te trataba bien. Perdón - dijo Juan con sinceridad. Martín, sorprendido por las palabras de Juan, respondió: - No te preocupes, yo también actué mal.

Perdón a vos también. A partir de ese día, Juan y Martín comenzaron a aplicar lo que habían aprendido en la clase. Empezaron a escucharse, a entenderse y a respetarse mutuamente. Con el tiempo, se convirtieron en grandes amigos.

Juntos descubrieron que tenían mucho en común y se ayudaban en las dificultades. Los demás compañeros se alegraron al ver la increíble transformación de Juan y Martín, y la escuela se llenó de un ambiente de armonía y amistad.

Desde entonces, Juan y Martín siempre recordaron la importancia de la empatía y el respeto, y enseñaron a otros la lección que habían aprendido. Y colorín colorado, este cuento de amistad y superación ha terminado.

FIN.

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