El día que Bigotes de Leche fue visitado por gatos



Bigotes de Leche era un gato blanco y esponjoso que vivía en una hermosa casa con jardín. Un día, mientras paseaba por el patio, Bigotes de Leche se encontró con Tito, un gato callejero de pelaje negro y brillante.

-¡Hola, Bigotes de Leche! Soy Tito, ¿puedo ser tu amigo? -exclamó el gato callejero emocionado. Bigotes de Leche dudó al principio, pero luego decidió darle una oportunidad a Tito. Juntos pasaron días muy divertidos jugando y compartiendo historias.

Un domingo por la mañana, Bigotes de Leche y Tito se encontraron con Luna, una gatita traviesa y curiosa. -¡Hola chicos! ¿Qué hacen? -preguntó Luna con entusiasmo.

Los tres gatos se hicieron amigos al instante y pasaron el día explorando el jardín, trepando árboles y persiguiéndose. Pero un día, Bigotes de Leche notó que Tito estaba triste, así que le preguntó qué le sucedía. Tito le confesó que extrañaba su vida en la calle.

Bigotes de Leche entendió que Tito necesitaba sentirse libre, así que le propuso que visitara el jardín siempre que quisiera, pero que nunca perderían su amistad. Tito aceptó agradecido. Desde entonces, Tito pasaba algunas tardes en el jardín de Bigotes de Leche y las noches en la calle.

Luna también se unía a las aventuras de Bigotes de Leche, Tito y los otros gatos del vecindario. Juntos aprendieron que la verdadera amistad permite a cada uno ser quien realmente es, sin limitaciones ni obligaciones.

Y así, Bigotes de Leche descubrió que la diversidad y la aceptación son la base de grandes amistades.

FIN.

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