El día que Isaías se perdió en el mercado



Lina e Isaías eran dos hermanos muy unidos. Les encantaba jugar juntos, sobre todo a las escondidas. Un día, su mamá los llevó al mercado para hacer las compras de la semana.

Lina y Isaías estaban emocionados por explorar el mercado, lleno de colores, olores y gente. Mientras su mamá revisaba las frutas y verduras, los niños correteaban entre los puestos, maravillados por todo lo que veían.

De repente, Isaías se distrajo mirando unos juguetes y, al darse cuenta, su mamá y Lina ya no estaban a la vista. Comenzó a buscarlos por todos lados, pero no los encontraba. Estaba asustado y desorientado.

Lina, que había notado la ausencia de su hermanito, corrió a buscar a su mamá para contarle que Isaías se había perdido. La mamá, llena de angustia, se unió a la búsqueda. Recorrieron cada rincón del mercado preguntando por él, pero no tenían suerte. Lina se sentía muy preocupada y triste al pensar en su hermano perdido.

Pasaron largos minutos que parecieron horas, hasta que finalmente escucharon una vocecita llamando a su mamá. Corrieron hacia esa dirección y, para su alivio, allí estaba Isaías, asustado pero ileso.

La mamá lo abrazó con fuerza, aliviada de tenerlo de vuelta. Isaías le contó que se había perdido al seguir un juguete que le llamó la atención, y que luego no supo cómo volver con ellos.

La mamá les explicó la importancia de no alejarse sin avisar y les recordó que lo más importante es siempre mantenerse juntos y comunicarse en todo momento. Desde ese día, los tres aprendieron a estar más atentos y a cuidarse mutuamente, fortaleciendo aún más su vínculo como familia.

FIN.

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