El día sin tiempo en Rayito de Sol


Había una vez en la guardería "Rayito de Sol", un grupo de niños muy traviesos y divertidos que se enfrentaban a diferentes retos cada día. En esta guardería, las rutinas eran muy importantes para que todo funcionara correctamente.

La maestra Violeta era muy estricta con el horario y siempre comenzaba la jornada con una canción alegre para despertar a los pequeños:- ¡Buenos días, mis rayitos de sol! ¿Están listos para un día lleno de aventuras? - exclamaba la maestra Violeta con entusiasmo.

Los niños respondían emocionados y comenzaban con las actividades del día. Pero un día, algo inesperado sucedió. El reloj de la sala se detuvo y todas las rutinas se descontrolaron.

- ¡Oh no! ¡El reloj se ha detenido! - exclamó la maestra Violeta sorprendida. Sin el reloj, los niños no sabían cuándo era el momento de jugar, comer o dormir. La guardería se convirtió en un caos total.

Los pequeños corrían sin rumbo, algunos lloraban y otros simplemente no sabían qué hacer. Fue entonces cuando Mateo, el niño más tranquilo del grupo, tuvo una brillante idea:- ¡Ya sé cómo solucionarlo! Podemos seguir nuestras rutinas basándonos en nuestras propias señales corporales.

Por ejemplo, cuando tengamos hambre, podemos frotarnos la pancita como señal para ir a comer - sugirió Mateo con seguridad. Todos los niños asintieron emocionados con la idea y poco a poco empezaron a seguir las nuevas —"rutinas"  improvisadas por Mateo.

Aprendieron a escuchar su cuerpo y a comunicarse de manera creativa entre ellos. Así, descubrieron que podían jugar sin necesidad de mirar el reloj, podían descansar cuando sus ojitos estaban cansados y podían compartir en armonía durante el almuerzo.

La maestra Violeta observaba orgullosa cómo los niños habían encontrado una solución ingeniosa al problema y cómo trabajaban juntos en equipo para mantener el orden sin depender del reloj.

Finalmente, después de un día lleno de diversión y aprendizaje, el reloj volvió a funcionar gracias al reparador que envió la directora del jardín. Los niños celebraron con alegría haber superado juntos este desafío inesperado.

Desde ese día, en la guardería "Rayito de Sol", aprendieron que las rutinas son importantes pero también es fundamental ser flexibles y creativos ante cualquier imprevisto que pueda surgir. Y así continuaron viviendo muchas aventuras más junto a su querida maestra Violeta.

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