El día submarino de Jonas y sus primos
. Un día, Jonas y sus primos decidieron ir a la playa para pasar un día lleno de aventuras. Al llegar, se pusieron sus trajes de baño y corrieron hacia el mar.
- ¡Miren! -gritó Ana emocionada- ¡Hay delfines en el agua! Los niños se acercaron al grupo de delfines que nadaban cerca de la costa. Los delfines saltaban y hacían piruetas en el aire.
De repente, uno de ellos se acercó a los niños y les hizo una señal con su cabeza para que lo siguieran. - ¿Quieren venir con nosotros? -preguntó el delfín sonriendo. Los niños asintieron emocionados y subieron sobre su lomo.
Los delfines comenzaron a nadar rápido por toda la costa, llevándolos a conocer criaturas raras y peces de todo tipo y color. - ¡Mira ese pez tan grande! -exclamó Alessio señalando hacia abajo. El pez era del tamaño de un auto pequeño y tenía escamas doradas brillantes que reflejaban el sol.
Los niños se maravillaron al verlo nadar junto a ellos. De repente, los delfines hicieron un giro brusco en el agua y llevaron a los niños hacia una cueva submarina oculta detrás de una gran roca.
Allí dentro había cientos de medusas fluorescentes que iluminaban todo el lugar con sus luces brillantes. - ¡Qué hermoso! -dijo Martina riendo mientras tocaba las medusas con sus manitas pequeñas.
Después de explorar la cueva submarina por un rato, los delfines llevaron a los niños de regreso a la playa. Los niños estaban tan emocionados que no podían dejar de hablar sobre todas las cosas increíbles que habían visto.
- ¡Esto ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida! -dijo Ana sonriendo ampliamente. Los niños se despidieron de los delfines con abrazos y besos, prometiendo volver a visitarlos algún día.
Y así fue como Jonas y sus primos tuvieron un día lleno de aventuras inolvidables en el mar.
FIN.