El diálogo en la selva
Había una vez en la selva un grupo de animales que vivían en armonía, pero un día comenzaron a discutir por territorio y comida.
El león se creía el rey de la selva y quería tener todo para él, mientras que el mono insistía en que todos debían compartir los recursos. La discusión se volvió cada vez más intensa y los animales estaban divididos.
Los elefantes apoyaban al león, ya que pensaban que era justo que él tuviera más poder. Por otro lado, las aves y los reptiles apoyaban al mono, pues consideraban importante el trabajo en equipo. Un día, cansados de tanto conflicto, decidieron reunirse para resolver sus diferencias.
Todos tenían algo importante que decir y escucharse mutuamente fue primordial para encontrar una solución pacífica. "¡Basta ya! No podemos seguir peleando entre nosotros", dijo el mono con voz firme pero amable. "Debemos aprender a convivir juntos y respetar las necesidades de cada uno".
El león gruñó descontento: "Pero yo soy el rey de la selva y merezco tener lo mejor". "No te negamos tu posición como líder", respondió el mono con calma. "Pero eso no significa que puedas tomarlo todo para ti solo.
Todos tenemos derecho a vivir dignamente". Uno por uno, cada animal expresó su punto de vista y compartió sus preocupaciones.
Los elefantes explicaron cómo necesitaban grandes espacios para moverse libremente; las aves mencionaron lo importante que era tener árboles altos donde construir sus nidos; los reptiles hablaron sobre la necesidad de tener lugares con sol para mantenerse saludables. Después de escucharse mutuamente, los animales se dieron cuenta de que podían encontrar una solución en conjunto.
Decidieron dividir el territorio y establecer límites claros para cada especie. Además, acordaron compartir las fuentes de alimento y ayudarse entre sí cuando fuera necesario. Con el tiempo, la selva volvió a ser un lugar pacífico y armonioso.
Cada animal encontró su espacio y aprendió a respetar las necesidades de los demás.
El león comprendió que no era necesario ser egoísta para ser un buen líder y el mono demostró que la cooperación era clave para lograr el bienestar común. Los animales aprendieron a valorar las diferencias entre ellos y se dieron cuenta de que todos eran importantes para mantener el equilibrio en la selva. Juntos construyeron un ambiente lleno de diversidad donde cada uno podía vivir felizmente.
Y así, los días pasaron tranquilos en la selva mientras los animales disfrutaban de su nueva convivencia pacífica. Aprendieron que aunque tuvieran desacuerdos, siempre podían encontrar una solución si trabajaban juntos y se escuchaban mutuamente.
Desde aquel día, la discusión inicial quedó atrás como una lección importante para todos. Los animales entendieron que solo a través del diálogo y el respeto podrían alcanzar una paz duradera en su hogar: la maravillosa selva llena de vida y diversidad.
FIN.