El diamante de la amistad


Había una vez en el bosque de La Araucaria, dos duendes llamados Tito y Lola, que eran muy buenos amigos. Un día, encontraron un hermoso diamante brillante en medio del camino y ambos quisieron quedárselo.

- ¡Este diamante es mío! -exclamó Tito, agarrándolo con fuerza. - ¡Pero si lo vi primero! Es justo que sea mío -respondió Lola, tratando de quitárselo. Los duendes comenzaron a discutir tan fuerte que los animales del bosque se asustaron y se escondieron.

En ese momento apareció la hada Camila, quien era conocida por ser experta en resolver conflictos. - ¿Qué sucede aquí? -preguntó la hada con voz suave pero firme.

- Este diamante nos pertenece a los dos y ninguno quiere ceder -explicó Tito. - Es cierto, pero no podemos compartirlo sin pelear -añadió Lola con tristeza. La hada Camila sonrió y les dijo: "En lugar de pelearse, ¿por qué no intentan llegar a un acuerdo juntos?".

Los duendes se miraron sorprendidos, nunca habían pensado en eso. Después de pensarlo un poco, Tito propuso: "Podríamos partir el diamante por la mitad y cada uno tener una parte". Lola dudó al principio, pero luego aceptó la idea.

La hada tomó el diamante y lo partió con un hechizo especial, creando dos gemas idénticas. - ¡Wow! Son igual de hermosas -exclamaron los duendes maravillados. Finalmente entendieron que compartiendo podían disfrutar juntos de algo valioso sin necesidad de pelear.

Agradecidos con la hada Camila por su sabia enseñanza, los duendes decidieron regalarle una de las gemas como muestra de amistad y gratitud. Desde ese día, Tito y Lola aprendieron a negociar sus diferencias buscando soluciones justas para ambos.

Y cada vez que veían las gemas brillar recordaban la importancia de dialogar y buscar acuerdos en lugar de enfrentarse.

Y así vivieron felices en el bosque de La Araucaria, siendo ejemplo para todos los habitantes del lugar sobre cómo resolver conflictos pacíficamente.

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