El diario de Priscila


Había una vez una niña llamada Priscila, que era muy especial pero también muy distraída. Priscila vivía en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde todos la conocían y querían mucho.

Priscila tenía el pelo castaño y rizado que siempre llevaba suelto, unos ojos verdes brillantes y una sonrisa contagiosa. Pero a veces, su mente volaba tan lejos que se olvidaba de las cosas más importantes.

Un día, mientras Priscila caminaba por el parque, se encontró con su mejor amiga Sofía. Sofía era una niña muy ordenada y siempre estaba al tanto de todo. "¡Hola Priscila! ¿Cómo estás?" -dijo Sofía con entusiasmo. "¡Hola Sofi! Estoy bien, pero...

¡me olvidé mi mochila en casa otra vez!" -respondió Priscila apenada. Sofía suspiró y le dijo a Priscila: "Siempre te olvidas de algo importante. Necesitas aprender a organizarte". Priscila se sintió triste porque no quería decepcionar a su amiga.

Decidió hacer un cambio en su vida y ser más atenta. Así que pidió ayuda a sus padres para encontrar soluciones juntos.

Sus papás pensaron en algo genial: le regalaron un cuaderno de notas especial para que pudiera escribir todas las cosas importantes que debía recordar durante el día. Priscila estaba emocionada con su nuevo cuaderno y lo llevaba siempre consigo.

Cada mañana anotaba todas las tareas escolares, los cumpleaños de sus amigos e incluso los juegos de fútbol en los que su hermano mayor jugaba. Poco a poco, Priscila se dio cuenta de que tener un cuaderno de notas le ayudaba a recordar todo lo importante.

Ya no se olvidaba de llevar su mochila al colegio ni de alimentar a su mascota, Nico, el gatito travieso. Un día, mientras Priscila estaba en clase, la maestra anunció que iban a hacer una excursión al zoológico. Todos los niños estaban emocionados y comenzaron a hacer planes para el gran día.

"¡No puedo esperar! Tengo que anotarlo en mi cuaderno para no olvidarme", dijo Priscila con entusiasmo.

El resto del día pasó volando y cuando llegó la hora de irse a casa, Priscila revisó su cuaderno y vio algo muy curioso: había escrito "llevar ropa cómoda para el zoológico" pero no había anotado la fecha ni la hora. Priscila entró en pánico. No sabía cuándo era la excursión ni cómo llegar al zoológico.

Corrió hacia Sofía y le contó lo que había pasado. "Tranquila Pris, yo tengo toda la información en mi agenda. La excursión es mañana por la mañana y nos encontramos frente al colegio". -dijo Sofía tranquilizándola. Priscila sintió un enorme alivio gracias a su amiga organizada.

Aprendió una valiosa lección: aunque tuviera un cuaderno de notas, también era importante confiar en las personas que te rodean y pedir ayuda cuando lo necesitas. Al día siguiente, todos los niños estaban emocionados y listos para ir al zoológico.

Priscila llegó temprano y llevaba consigo su cuaderno de notas, por si acaso. Mientras recorrían el zoológico, Priscila se maravillaba con los animales y aprendía muchas cosas nuevas.

Pero en un momento dado, se dio cuenta de que había dejado su cuaderno de notas en una banca del parque. Priscila entró en pánico nuevamente y comenzó a buscar desesperadamente su cuaderno por todas partes. Pero no lo encontraba por ningún lado.

"¡Mi cuaderno! ¡Lo perdí!" -lloriqueó Priscila. Sofía la tranquilizó y le recordó que sus apuntes más importantes estaban dentro de ella: en su memoria. Le dijo que podía confiar en sí misma y recordar las cosas sin necesidad de anotarlas siempre.

Priscila respiró hondo, secó sus lágrimas y decidió disfrutar del resto del día sin preocuparse por el cuaderno perdido. A partir de ese día, Priscila siguió siendo distraída pero aprendió a confiar más en sí misma.

Aprendió que todos tenemos fortalezas diferentes y que nadie es perfecto. Lo importante es aceptarnos tal como somos y aprender a superar nuestros obstáculos.

Y así, Priscila siguió creciendo felizmente rodeada de amigos leales como Sofía, quien siempre estaba ahí para recordarle las cosas importantes cuando ella se olvidaba. Juntos vivieron muchas aventuras inolvidables en Villa Esperanza, donde cada día era una oportunidad para aprender algo nuevo.

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