El dibujo mágico de la amistad


Había una vez un hermoso pueblo llamado Arcoiris, donde vivían muchos niños y niñas felices. En este lugar mágico, todos eran amigos y se querían mucho. Pero un día, algo triste sucedió.

Un niño llamado Martín estaba jugando en el parque con sus amigos cuando de repente, por accidente, lanzó una piedra que golpeó a su compañero Pedro en la pierna. Pedro sintió mucho dolor y comenzó a llorar.

Los demás niños se acercaron rápidamente para ver qué había pasado. Martín se dio cuenta de lo que había hecho y sintió mucha tristeza por haber lastimado a su amigo. Se arrepintió profundamente y quería hacer algo para demostrarle a Pedro que realmente le importaba.

En ese momento apareció el sabio anciano del pueblo, Don Manuelito. Don Manuelito era conocido por sus palabras llenas de sabiduría y amor hacia los demás.

Se acercó a Martín y le dijo:"Martín, sé que te sientes mal por lo ocurrido. Lastimar a nuestros amigos no está bien, pero siempre podemos aprender de nuestros errores". Martín asintió con la cabeza mientras secaba sus lágrimas.

"¿Qué puedo hacer para arreglarlo? Quiero que Pedro sepa cuánto lamento haberle hecho daño", respondió Martín con sinceridad. Don Manuelito sonrió amablemente y dijo:"Escucha atentamente, porque tengo una idea maravillosa para ti". El anciano les pidió a todos los niños del pueblo que formaran un gran círculo alrededor de Martín y Pedro.

Luego les entregó unas hojas de papel y les pidió que dibujaran una imagen que representara la amistad y el perdón. Todos los niños se pusieron a trabajar con entusiasmo.

Martín, inspirado por las palabras de Don Manuelito, decidió hacer un dibujo especial para Pedro. Dibujó a ambos jugando juntos bajo un hermoso arco iris, sonriendo y abrazándose. Cuando terminaron sus dibujos, cada niño mostró su obra maestra al resto del grupo.

Todos quedaron asombrados por la creatividad y los mensajes positivos que transmitían esos dibujos. Don Manuelito tomó todos los dibujos y los colocó en un gran mural en el parque. Luego reunió a Martín y Pedro en el centro del círculo de niños.

"Martín, ahora es tu turno", dijo Don Manuelito con voz serena pero firme. Martín tomó su dibujo con manos temblorosas y se lo entregó a Pedro mientras le pedía disculpas sinceramente.

Pedro miró el hermoso dibujo de su amigo y sintió cómo su corazón se llenaba de alegría. "¡Gracias Martín! Me encanta tu regalo, significa mucho para mí", exclamó Pedro emocionado mientras abrazaba a Martín. Los demás niños aplaudieron emocionados ante ese gesto tan valiente de amistad y perdón.

Desde ese día, Martín aprendió una valiosa lección: nunca más lastimaría a sus amigos porque sabía lo importante que era mantenerlos cerca. Y así fue como en el pueblo Arcoiris todos aprendieron que todos somos amigos y debemos cuidarnos mutuamente.

Aprendieron que, aunque cometamos errores, siempre podemos encontrar la forma de arreglar las cosas y fortalecer los lazos de amistad.

Desde ese día, el parque de Arcoiris se convirtió en un lugar lleno de juegos divertidos y risas eternas, donde todos los niños se cuidaban y se respetaban mutuamente.

Y Martín, Pedro y el resto de los niños del pueblo nunca olvidaron esa valiosa lección: que todos somos amigos y debemos tratar a los demás con amor y consideración.

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