El diente de Catalina



Había una vez una niña llamada Catalina, que tenía 6 años y estaba muy emocionada porque se le había caído su primer diente.

Ella no podía esperar a que el hada de los dientes viniera a dejarle un regalo debajo de su almohada. Catalina estaba tan emocionada que corrió a contarle la noticia a su mejor amiga, Sofía. "-¡Sofía! ¡Se me cayó mi primer diente!" exclamó Catalina con alegría.

"-¡Eso es increíble, Cata! ¿Qué vas a pedirle al hada de los dientes?" preguntó Sofía. "-No lo sé", respondió Catalina pensativa. "¿Tú qué le pediste cuando se te cayó tu primer diente?"Sofía sonrió y dijo: "-Yo le pedí un libro sobre dinosaurios.

Me encanta aprender sobre ellos". Catalina pensó por un momento y luego dijo: "-Creo que yo también quiero un libro, pero sobre animales marinos".

Las dos amigas pasaron toda la tarde hablando sobre sus deseos y sueños mientras jugaban en el parque cercano. Cuando llegó la noche, Catalina se acostó en su cama con una gran sonrisa en su rostro y colocó el diente debajo de su almohada para esperar al hada de los dientes.

Pero cuando despertó por la mañana, descubrió que el hada no había venido. Se sintió triste e incluso comenzó a llorar un poco. Su mamá entró en la habitación para ver qué estaba mal. "-¿Qué pasa, hija?" preguntó preocupada.

"-El hada de los dientes no vino. Se olvidó de mí", respondió Catalina con lágrimas en los ojos. Su mamá la abrazó y le dijo: "-No te preocupes, Cata. A veces las cosas no salen como esperamos.

Pero eso no significa que tus deseos no se vayan a cumplir". Catalina se secó las lágrimas y comenzó a pensar en lo que su madre había dicho.

Entonces recordó que había un libro sobre animales marinos en la biblioteca del colegio al que asistía. Así que esa tarde, después de clases, Catalina fue corriendo a la biblioteca y encontró el libro que quería. Lo sacó con su carnet escolar y lo llevó a casa para leerlo junto con su madre.

Cuando terminaron de leer el libro juntas, Catalina se sintió muy feliz y realizada. Había aprendido mucho sobre los animales marinos y sabía que sus sueños podían hacerse realidad incluso si el hada de los dientes se olvidaba de ella.

Desde entonces, cada vez que algo no salía como esperaba, Catalina recordaba esa noche en la que el hada de los dientes no llegó pero ella pudo conseguir su deseo igualmente gracias a su perseverancia e imaginación.

Y así siguió soñando grandes cosas e intentando alcanzarlas con esfuerzo y determinación.

FIN.

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