El Dilema de Gastón y Sangu Chito
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un chico llamado Gastón que estaba muy enamorado de su novia, Danila. Eran la pareja ideal, siempre juntos, riendo y compartiendo momentos felices. Sin embargo, un día, mientras paseaban por el parque, conocieron a una chica nueva en el vecindario a la que todos llamaban 'Sangu Chito'.
"¿Por qué le dicen así?" preguntó Danila curiosa.
"Porque siempre se viste de rojo y siempre tiene una sonrisa amplia como de sanguichito de miga" respondió Gastón divertido.
Lo que comenzó como una simple curiosidad para Gastón, pronto se convirtió en una situación complicada. A medida que pasaban los días, conocía más a Sangu Chito, su risa contagiosa y su manera de ver la vida tan alegrelo cautivaron.
Un día, mientras paseaban por el parque, Sangu Chito se le acercó: "Hola, Gastón. ¿Te gustaría jugar con nosotros al fútbol?"
"¡Claro!" dijo Gastón con entusiasmo. Aquella tarde, jugaron y rieron hasta que se hizo tarde. Cuando Gastón volvió a casa, sintió algo más que amistad por Sangu Chito, pero también sabía que estaba en una relación con Danila.
Gastón se sintió confundido. ¿Debía seguir con Danila o explorar lo que sentía por Sangu Chito?
Decidió hablar con Danila. Al día siguiente, se sentaron en su lugar favorito en el parque, rodeados de hermosos árboles.
"Danila, hay algo que necesito contarte..." comenzó Gastón.
"¿Qué pasa, Gastón?" preguntó ella mirándolo con preocupación.
"He conocido a alguien más...
"¿Alguien más?" repitió Danila, sintiendo una punzada en su corazón.
"No es que quiera dejarte, pero..."
"Pero, ¿y si lo quieres?" dijo Danila, su voz temblando.
Gastón suspiró y se pasó la mano por el cabello. "No lo sé, Danila. Me gusta la forma en que me hace sentir, es divertida y espontánea, pero no quiero hacerte daño."
Danila tomó un profundo respiro y le dijo: "Gastón, tal vez lo mejor es que te des el tiempo para descubrir lo que realmente sientes. No puedo pedirte que te quedes si no eres completamente feliz conmigo."
Gastón se sorprendió por la madurez de Danila. Ella siempre había sido comprensiva, y eso lo hizo sentir aún más culpable.
Decidido, Gastón decidió tomarse un tiempo para reflexionar. Los días pasaron y el sol brillaba mucho más sin la voz de Danila, hasta que nuevamente se encontró con Sangu Chito en el parque.
"Hola, Gastón", saludó la chica con su brillante sonrisa de miga.
"Hola, Sangu Chito. He estado pensando en muchas cosas..."
"¿Pensaste en jugar otro partido de fútbol?"
Las palabras de Sangu Chito lo hicieron sonreír, pero no podía dejar de recordar a Danila. Al final de la tarde, mientras caminaban juntos, Sangu Chito se detuvo: "A veces, es difícil saber qué hacer con el corazón, ¿no?"
Gastón asintió, aún enredado en sus sentimientos.
"Es normal, pero siempre es bueno ser honesto, tanto contigo mismo como con los demás", dijo Sangu Chito.
Escuchar esas palabras hizo que Gastón entendiera que debía ser sincero con sus sentimientos.
Fue entonces que decidió hablar nuevamente con Danila.
"Danila, he estado reflexionando y quiero ser honesto. Vos siempre me escuchaste y lo agradezco, pero tengo que ser claro: me siento atraído por Sangu Chito. Quiero que sepamos estar bien con esta situación, sin peleas".
Danila lo miró fijamente, y aunque su corazón dolía, le dijo:
"Gastón, aunque me duele, es importante que sigas lo que realmente sientes. No es un fracaso, es parte de crecer".
Gastón sonrió, sorprendido por la fuerza de Danila. Se abrazaron con cariño, sabiendo que a pesar de que sus caminos se separaban, siempre recordarían los buenos momentos juntos.
El tiempo pasó, y Gastón y Sangu Chito comenzaron a verse más a menudo. Sin embargo, siempre recordaban lo que habían aprendido: la importancia de la honestidad y el respeto en una relación.
A veces, en el parque, se encontraban con Danila y se saludaban con una sonrisa. Habían crecido, y eso era lo más importante.
Y así, con el tiempo, Gastón se dio cuenta de que el amor no siempre es simple, pero lo esencial es ser sincero y respetar los sentimientos de los demás.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.