El dilema de las ranas
En un hermoso jardín vivía Felipito, un simpático niño que adoraba observar a las ranas que saltaban en el estanque. Un día, mientras jugaba, notó que una de las ranas parecía triste.
Se acercó y la pequeña rana le contó que se sentía mal porque había roto accidentalmente una de las plantas favoritas del jardín de la abuela de Felipito. La rana estaba asustada y no sabía si contar la verdad o mentir para evitar problemas.
Felipito escuchó atentamente y le explicó que siempre es mejor decir la verdad, aunque a veces pueda ser difícil. Juntos decidieron ir a ver a la abuela y contar lo que sucedió.
La abuela, al escuchar la historia, se puso triste pero al ver la honestidad de la rana y de Felipito, decidió perdonar el accidente. Felipito y la rana se sintieron aliviados y felices de haber tomado la decisión correcta.
Desde ese día, la rana y Felipito se convirtieron en grandes amigos, y la rana aprendió que la honestidad siempre trae buenas consecuencias.
FIN.