El dinosaurio curioso
Había una vez un dinosaurio llamado Feo que vivía en la hermosa ciudad de Rosario, en Argentina. A diferencia de los otros dinosaurios, Feo no era tan bonito como ellos.
Tenía escamas descoloridas y dientes torcidos, lo que hacía que se sintiera triste y avergonzado. Un día, mientras paseaba por el parque, Feo vio a un grupo de niños jugando con una computadora portátil 4K.
Quedó maravillado por la pantalla brillante y los juegos coloridos que podían disfrutar. Desde ese momento, soñó con tener su propia computadora para poder jugar y aprender cosas nuevas. Decidido a conseguir su sueño, Feo comenzó a buscar trabajo en diferentes lugares de Rosario.
Fue desde restaurantes hasta tiendas de ropa, pero nadie quería contratarlo debido a su apariencia poco común. Sin embargo, esto no hizo que Feo se rindiera.
Un día, mientras caminaba por el centro de la ciudad muy desanimado, escuchó una voz proveniente de una pequeña librería: "-¡Hey tú! ¿Qué te pasa? Pareces triste". Feo miró hacia adentro y vio a Don Libroso, un viejo libro sabio que estaba sentado en uno de los estantes.
Con curiosidad y esperanza en sus ojos grandes y brillantes le respondió: "-Sí... Estoy triste porque quiero tener mi propia computadora 4K para poder aprender cosas nuevas". Don Libroso sonrió amablemente y contestó: "-No necesitas una computadora para aprender cosas nuevas. ¡Yo puedo enseñarte muchas cosas interesantes!".
Feo, un poco escéptico pero emocionado, se acercó a Don Libroso y comenzaron a explorar las páginas llenas de conocimiento. Aprendieron sobre la historia de los dinosaurios, la geografía de Argentina y muchas cosas más.
A medida que Feo aprendía más y más, empezó a sentirse más seguro de sí mismo. Ya no se sentía avergonzado por su apariencia porque sabía que lo importante era cómo se sentía en su interior.
Un día, mientras caminaba por el parque con Don Libroso en sus manos, Feo notó que había una feria en el centro de la ciudad. Allí había una competencia donde el ganador recibiría una computadora 4K como premio.
Feo decidió participar en la competencia sin importarle lo que pensaran los demás sobre él. Utilizó todo lo que había aprendido junto a Don Libroso para responder preguntas difíciles y realizar desafíos divertidos. Para sorpresa de todos, Feo ganó la competencia.
El público quedó impresionado por su inteligencia y determinación. Ahora tenía su propia computadora 4K para seguir aprendiendo y divirtiéndose. Desde ese día, Feo se convirtió en un ejemplo para todos los niños de Rosario.
Les enseñaba que no importa cómo te veas por fuera; lo importante es ser valiente, perseverante y nunca dejar de aprender. Y así fue como el dinosaurio feo llamado Feo encontró su verdadera belleza interior gracias al poder del conocimiento y la confianza en sí mismo.
FIN.